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Todo había sucedido muy rápido, el tiempo era tan presente y a la vez tan inadvertido. La imagen del vidrio roto frente a él y la sangre le hicieron sentir su corazón parar por un segundo.

De las dos camionetas salieron tres grupos de alfas, el olor amenzante de sus feromonas lo marearon y Ethan apenas pudo respirar cuando vio a uno de los hombres acercársele con una pistola en mano.

Quiso correr pero sus piernas se negaban a responder. Estaba rodeado y todos los alfas iban armados, apenas diera un paso tendría miles de hoyos en el cuerpo. El miedo inundó todo su cuerpo.

La aproximación del alfa se vio interrumpida cuando una bala lo impactó. El castaño pudo ver perfectamente cómo la bala le perforó el cráneo.

Sus oídos zumbaron y escucho unas voces cercanas decir una y otra vez "hürrem". Era la primera vez que se sintió aliviado de escuchar ese nombre.

De un momento a otro se encontraba en medio de un fuego de balas. Su primer instinto fue agacharse y recargarse junto al auto del chofer que murió ante sus ojos. Cerró los ojos con fuerza esperando que todo fuera un sueño.

—¡Hürrem, hürrem!escucha cerca, sintiendo su cuerpo siendo sacudido. Era Yusef, su rostro siempre tranquilo ahora estaba marcado por el aura amenzante de un alfa peleando. Ethan pudo ver sangre fresca en la mejilla del brasileño, y una mancha aún más grande de carmesí en su brazo derecho.—¿Se encuentra bien?...¡Hürrem reaccione!

Aún seguía escuchando las balas sonar y el impacto de cuerpo contra cuerpo. Quería contestar pero la sangre en Yusef y los gritos de pelea a su alrededor hizo que tuviera ganas de vomitar, obligando a sus extremidades a estar como estatuas en su lugar.

Yusef al ver que no tenía respuesta sacudió con más fuerza al omega, al punto de que si estuvieran en otra situación probablemente sería castigado por tratar así al castaño—¡Ethan!

La voz del alfa y el nombre que en esos días no había escuchado hicieron que el cerebro de Ethan volviera a trabajar.

—Y-Yusef —murmura Ethan asustado. El moreno sonríe aliviado y lo sostiene más fuerte.

—Si, soy yo hürremYusef trata de calmar al castaño con sus feromonas, pero no funcionarían tan bien al ser un omega marcado así que decide apresurarse a explicarle—. Escucha, tenemos que sacarte de aquí, solo tenemos una oportunidad. Nos cubrirán y podremos subir al auto que traerá mi compañero. Necesito que seas rápido.

Ethan niega frenéticamente, era prácticamente imposible salir de ahí sin que las balas los atravesaran—No Yusef nos...

—Lo protegeremos hürrem, no dejaremos que le pase nada. Te protegeré, lo prometo —interrumpe el alfa antes de que otro ataque de ansiedad inundara al omega.—¿Puedes confiar?

El castaño cierra los ojos y respira profundamente. Puede hacerlo, tiene que dejar su miedo a un lado si quiere vivir un poco más.
No tiene nada que decir cuando Yusef interpreta su mirada, así que en un pestañeo siente el brazo del alfa rodearlo, impulsándolos fuera del escudo que el taxi les proporcionaba.

Intenta ignorar los jadeos de dolor y el olor de la sangre. Puede ver a Tristán, el alfa rubio del que no recordaba su nombre apresurarse a ellos en uno de los buggati en los que llegaron a la plaza. Ethan juro que nunca volvería a olvidarlo.

De su izquierda un alfa que no reconoció se lanzó a atacarlo, pero antes de que pudiera hacerlo Yusef se adelantó sacando una daga, clavándosela expertamente en el ojo. Él omega inmediatamente apartó la mirada.

Se acercaron otros hombres con la misma intención que el otro y Ethan contó los segundos de su vida. Eran demasiados, Yusef no podría con todos.

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora