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El perfume lascivo en la habitación lleno los sentidos de Ethan. Las paredes a su alrededor parecían encerrar con recelo los sonidos de su boca. Su cuerpo estaba caliente, casi hirviendo.

El camisón—puesto en un breve y rápido momento de descanso—apenas cubría su cuerpo desnudo, su plano pecho rozaba con la tela azul arrugada, causando más fervor en su amatividad ya desbordada. Sosteniéndose de los hombros de Assaf pudo ser brevemente consiente del sudor en su piel.
¿Cómo evitarlo? Su cabello estaba húmedo y sus rizos estaban despeinados y pegados a su perlada frente.

Assaf rodea con sus brazos su cintura mientras se empuja con deleite en el interior de Ethan. Las manos del alfa en su espalda hacían que su piel se erizara con cada toque posesivo del gama. Ethan aprieta sus muslos mientras Assaf vuelve a empezar un vaivén rápido y feroz.

—¡Uh!—jadea cansado cuando las manos grandes de Assaf se deslizan a la curvatura de su trasero, imponiendo así el ritmo en el que quería que Ethan se desenvolviera sobre él.

La cama estaba desnuda, las sábanas y colchas yacían en el piso de la habitación de Assaf.
Era de mañana, y el frío del invierno en Turquía era apenas perceptible en el calor de sus cuerpos juntos.

—Ethan...—Assaf gruñe en su pecho, su miembro tenía un fácil acceso gracias a la lubricación que su semilla previa le ha permitido.
La voz de Ethan estaba ronca, cansada.

Pero Assaf siempre lograba la forma de hacerla sonar.

Las embestidas no tardaron en llegar a su máximo punto, habían dejado la amabilidad en sus caricias y toques en el auto a la orilla del Marmara. Los violentos empujones hacía que la cadera de Ethan doliera más y el sonido del choque de sus cuerpos aumentó con cada jadeo que salía de sus bocas.

Las uñas de Ethan se entierran en el cabello negro y despeinado de Assaf cuando siente otro orgasmo seco viniendo. El alfa retrocede y lo besa con rudeza cuando su semen se expande por una vez más en el interior de Ethan.
Assaf sale renuente de él después de un segundo.

Sabía que el castaño no podía soportar otro de sus nudos, no si no estaba en celo.

Sus manos se envolvieron en un abrazo automático. El olor de su esencia natural, el sudor y el sexo eran ajenos para su olfato mientras recuperaban la respiración.
Assaf pegó su oído al pecho de Ethan, donde su corazón recuperaba su compás normal.

Kalp atışlarınız[Tus latidos] —murmura bajo. Ethan abre los ojos con pesadez y fatiga, apenas capas de oír a Assaf. Si no fuera por la cercanía entre ellos habría tenido que acercarse más para escucharlo.

Ne var?[¿Qué tienen?]—su garganta dolía, pero el tono dulce era perceptible en su voz tenue. Sus dedos se deslizaban pacientemente en caricias involuntarias para peinar el cabello de Assaf.

Onları en harika ses olarak[Lo encuentro deleitante]

Ethan da una ligera risa, Assaf alza la cabeza y observa los ojos hinchados de Ethan, las lagrimas de placer y el poco sueño habían sido un factor mayoritario.

—¿Desde cuando eres tan expresivo?

Assaf vuelve a enterrar su cabeza en el pecho de Ethan, su respiración ya tranquila estaba en sintonía con la del castaño. Se sentía bien, en mucho tiempo por fin lo sentía real.

—Tengo que irme, hay muchas cosas que hacer en la galería —susurra Ethan manteniendo sus manos en el cabello de Assaf.

—No hay necesidad de que vayas.

Ethan sonríe.

—Un centro de arte tan importante en el continente levantará a los medios si permanece un segundo día cerrado. Has estado en Canadá, también debes tener cosas que hacer aquí.

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora