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El rostro bello y delicado del omega de cabellos rojos siempre parecía estar contorneado por la ira y el rencor cada vez que daba una mínima mirada Ethan, las raíces de envidia eran demasiado largas dentro de su razón, enterradas profundamente en su corazón.

Últimamente Ethan no lo veía mucho por la mansión—tampoco es que él estuviera siempre ahí—pero era un alivio grato evitarlo en lo máximo.

Si no se equivocaba, también había escuchado por parte de Edith que le estaba prohibido acercarse a él, por lo que Ethan no entendía que hacía en esa parte de la mansión, particularmente cerca de sus habitaciones. Y realmente no pensaba detenerse a preguntar, estaba demasiado cansado para decir o reclamar algo, cualquier resentimiento que Marco tuviera a con él no era de su interés en lo absoluto; así qué pasó de largo, las tres mujeres hicieron lo mismo y lo ignoraron deliberadamente.

—Espero hürrem haya tenido un día productivo.

Ethan suspira débilmente y detiene su paso. Gira ligeramente sobre su cuerpo, atento a cualquier veneno que quiera soltar el omega recesivo.

—¿Aún tienes boca, quien eres para hablarle a hürrem? —Kenia sisea con enojo, Marco eleva una ceja divertido.

Por alguna razón, a Ethan no le gusta la tranquilidad en el otro omega. El que estuviera tan alejado de él en los últimos días, y que ahora se mostrará con tanta confianza realmente movía algo de inseguridad en Ethan.

—Solo sigo el protocolo, ¿qué clase de servidor sería si no rezara y deseara todo lo bueno para nuestro hürrem? —Marco se acerca con paso lento, el castaño no pudo evitar hacer una analogía de una serpiente balanceándose por la tierra, arrastrando su veneno consigo.

—Que bueno que has conocido tu lugar entonces, Marco —susurra Ethan, observando el cambio en la expresión burlona del pelirrojo a una más sincera, completamente llena de aversión y repulsión hacia él. Sin embargo, el pequeño vestigio de la verdadera naturaleza de Marco dura menos de lo que Ethan esperaría.
Marco compone su postura rápidamente, dejando un extraño brillo pasar fugazmente por sus ojos.

—Escuche que Büyük Valide ha visitado a nuestro hürrem junto con el doctor Elak el día de hoy —dice Marco mientras se acerca aún más.

Ethan empieza a sentir una mala sensación dentro de su estómago, era obvio que se correría la voz entre los empleados de que Belma Hasmet fue a la galería a verlo, así fuera algo mínimo que haya pasado en una sucursal en China de los Hasmet—sea cual sea el sector—, todas las personas que trabajaban para la familia sabrían hasta el mínimo detalle de lo sucedido al final del día. Al principio Ethan no entendía ese afán de hablar de cosas privadas sin la autorización de la persona, pero Elit le explicó que era una costumbre que todos los criados tenían para matar el tiempo, que con tal de que todo se mantuviera en el límite de lo privado, nadie terminaría muerto. Durante esos meses Ethan había escuchado más secretos de la familia que en todo lo que pudiera buscar por si mismo haciendo su propia investigación. Por esa misma razón es que Ethan pidió a Kim y Azra no decir nada, incluso si no lo hubiera hecho sabía que los alfas de la eve eran los únicos en el circulo laboral de los Hasmet que no hablaban a menos que se les ordenara, así que era fácil confiar en ellos. Pero viendo la seguridad de Marco, la suya flaqueaba ligeramente.

—Yo esperaba buenas noticias, ¡todos rezábamos a Alá por un próspero futuro para nuestro amir y hürrem! —continúa Marco—, pero para mí fue una gran tristeza saber la verdad de esa visita. Debe haber mucha tristeza dentro de hürrem en este momento.

Ethan sentía su respiración atorarse ligeramente dentro de sus pulmones, sus ojos se abrieron con sorpresa, ¿sería imposible verdad? Marco no podría saber nada.

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora