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El amanecer se extendía parsimoniosamente por el cielo, con la luz naranja deslizándose por toda el palacete, aparte de los rayos de luz, la bienvenida de un nuevo día llegó a Ethan con el sonido agudo de las teclas ante el toque de su mano en un intenso de aferrarse.

La incomodidad de la posición de Assaf frente a él cargándolo no disminuyó los golpes certeros que tenía cada vez que entraba y salía en él. Ethan ya no se esforzaba en mantener sus gimoteos para sí mismo, sus labios ardían y punzaban por sus mordidas y las de Assaf.

—¡Ngh!, A...ssaf, por favor, n-necesito descansar.—jadeo contra los labios del alfa, quien respondió deslizando su lengua hacia su cuello y parando hasta uno de sus mallugados pezones, mordiéndolo con fuerza.

Las embestidas se vuelven más salvajes, las manos del alfa se aprietan en su cintura, dejando nuevos moretones. El sonido acuoso inunda la habitación y la espalda de Ethan golpea insistentemente con las teclas del piano, provocando un sonido no armonioso de ellas. Assaf mueve su lengua y recorre su camino de vuelta a la curvatura del cuello del omega.

—Siempre serás mío —susurra Assaf, el
castaño pierde la cuenta de las veces que lo ha proclamado suyo en toda la noche, le resultaba imposible contar en ese momento.

Cuando Assaf da un movimiento extraño dentro de él, tocando ese punto dulce, Ethan no puede aguantar y tiene otro orgasmo seco. Mientras Assaf sigue embistiéndolo con fuerza, siente el impulso de desmayarse por tercera vez, otro nudo del alfa se aproxima poco a poco, el miembro de Assaf se sentía más latente dentro suyo.

Lo despierta el ruido del mármol romperse de un lado, Assaf apenas le da importancia y extiende toda su semilla dentro de él con un jadeo. Lo había llenado tanto que apenas el alfa salía un momento de su agujero y el líquido blanco se deslizaba sin fin por los muslos de Ethan.

Mientras esperan el nudo de Assaf bajar, el alfa agarra su rostro de un lado, girándolo hacia él y tomando sus labios sin prisa, Ethan siente el agua inundar su garganta y refrescar su boca. A pesar del estado poco consiente del alfa, se había encargado de mantener a Ethan hidratado, el omega no puede estar más agradecido de que el alfa tuviera una pequeña cocina en la planta baja de la habitación de la que no se había percatado cuando entró en la oscuridad de la noche anterior.

Por supuesto, Assaf no dejo a Ethan ni un solo momento y no dudo en llenarlo por completo en la encimera de la cocina cuando Ethan pidió por agua.

Movía a Ethan como una muñeca, levantándolo tan fácilmente como cualquier cosa hasta colocarlo exactamente donde lo quería. El celo de un Gama no era una broma, el miembro de Assaf no bajo en toda la noche.

Ethan se aleja cuando se siente ahogar momentáneamente por el agua, la línea de sus salivas extendiéndose entre sus lenguas daba una imagen de la que Ethan se avergonzaría  más tarde.
El nudo dentro suyo baja, pero Assaf no sale de él.

Lo carga entre sus brazos y Ethan gime al movimiento involuntario del miembro de Assaf dentro de él. Mientras vuelven sus pasos hacia la cama del alfa, Ethan ve en los vestigios de su sueño una de las patas del instrumento rota por completo.

Su cerebro se apaga por un momento y despues de eso el cansancio lo toma por completo.








































El dolor en sus extremidades es enorme, la punzada en sus muslos y el ardor en su cuello fueron lo que despertaron a Ethan de su muerte momentánea.

Sus ojos hacen un esfuerzo por abrirse ante la luminosidad del Sol en su esplendor a través del ventanal a su derecha, por su posición intuye que eran las cinco o seis de la tarde, ¿había dormido tanto?

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora