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Los cuerpos temblorosos se convergen mientras inclinan sus frentes hasta tocar el mármol. Incluso cuando sus voces se reúnen en un eco unísono, existe inestabilidad en sus tonos al decir las siguientes palabras:

Amir, size hoş geldiniz diyoruz![¡Amir, lo recibimos con gusto!]

Assaf observa alrededor sin expresión alguna, y hace un movimiento desinteresado para evitar formalidades, sin embargo, las personas siguen en sus lugares como inmóviles estatuas. Con todos arrodillados, es capaz de ver con claridad a la única persona que no hace ningún ademán de respeto hacia él. Ethan rehuye su mirada y voltea hacia otro lado mientras alza los labios.

—Mis disculpas por no saludarlo —Ethan hace un movimiento veloz, apenas perceptible para que se pueda considerar un saludo. Assaf frunce el ceño y sus labios se contraen en una expresión de irritación.
Todos sudan ante su mirada y sus pobres mentes trabajan en los mensajes de expresión que están viendo desde su posición.
Hürrem siempre se ha considerado un omega tenaz e inflexible, la etiqueta de La Roja nunca fue algo que el considerase con mucha importancia. Este recibimiento simplemente era muy seco.

Assaf camina hacia él y sus ojos hacen saber que quiere decir algo. Ethan voltea hacia abajo y observa como Marco ya empieza a enderezarse.

¡Amir! —su voz suena tan melosa e insoportable, Ethan apenas si puede evitar chasquear su lengua.

Assaf se detiene y mira hacia abajo, notando que no se había dado cuenta de la melena roja bajo sus pies. El razonamiento llega a él de inmediato mientras observa los ojos zafiros que le miran anhelantes. Marco había sido una presencia inexistente en los últimos meses, y su reputación en el clan había sido herida por sus actos groseros. No recordaba que se encontraba en Kilyos, relegado y castigado por su mano.

—Marco —dice seco, lo suficiente como para hacer que todos retrocedan temblorosos a su alrededor. Aún así, el omega parece ser ignorante del verdadero ambiente que fluye en el aire y su rostro se ilumina con una sonrisa sincera hacia Assaf.
Ethan quiere reír ante la absurda escena, por supuesto que ese omega cambiaría su cara de inmediato frente a Assaf. Su mano cruje y se retuerce, y requiere de mucha de fuerza para retraer sus feromonas, si mostrara ese tipo de descontrol los rumores solo incrementarían. Acaba de llegar a otra región de Turquía, en esta mansión tenía que mostrar una imagen benevolente, con su papel no podía saltar a la mínima provocación o las voces entre el clan se alzarían en susurros prejuiciosos contra él. Había veces en las que él mismo ni siquiera podía ayudarse.

Amir —la voz dulce de Elit se extiende entre ellos de repente—. Pido permiso para hacer una acusación.

Ethan voltea sorprendido, Edith y Kenia parecen compartir su asombro en silencio. Assaf alza una ceja en respuesta, no conocía mucho a las damas de Ethan, pero sabía que eran silenciosas y modestas. Eran mujeres que habían sido entrenadas para hablar cuando se requería, por lo que no podía ignorar este cambio de actitud.

—Habla —dice Assaf mientras da una mirada rápida a Ethan, quien parece notar su atención hacia él y le ignora sin discreción.

Amir, usted sabe el estado delicado en el que se encuentra Hürrem. En esta etapa del embarazo y después de los riesgos que han sufrido los niños imperiales, es de suma importancia mantener la salud de Hürrem como mayor preocupación del clan —Elit hace una pausa ligera antes de continuar, todos guardan silencio mientras habla con una precisión tranquila—. Es por eso que Hürrem no puede enfrentarse a emociones fuertes. Con este atrevimiento que tengo para hablar, puedo sostener que recientemente Hürrem casi es arriesgado de nuevo...¡Esta sirviente le pide la rectitud de su mano para que pueda castigar al causante!

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora