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Hablaron, hablaron como nunca antes lo habían hecho en todo el tiempo que estuvieron unidos.

Claro que hablar de Ayasofya en sus tiempos de sede del patriarca ortodoxo y su uso antiguo ceremonial imperial bizantino no fue el mejor tema para empezar a entablar bases; sin embargo, fue suficiente para dejarse llevar por los efectos del alcohol.

Se sentía reconfortante.

El poner una barrera innecesaria en cada conversación y mantener una postura defensiva podía ser agotador. Sentirse relajado mientras admiraba el arte de Estambul fue una gran dicha para Ethan, y aunque le costara admitirlo, estar con el alfa de esa manera calmaba a su omega de toda la tormenta de emociones que había estado viviendo.

Se sentía demasiado bueno para no arruinarse.

—¿Sabes bailar?—pregunta Assaf de repente, Ethan inclina la cabeza.

—Depende —responde no muy seguro, sonaba como una invitación y se sintió terriblemente nervioso. Bailar descalzo en uno de sus lugares soñados no era en lo mínimo una mala idea.

Assaf lo mira por unos segundos, sin cambiar su expresión impasible—. En unos días habrá una celebración importante en mi familia, se llama Kış maskeli. También es una forma de presentar al omega principal de la cabeza Hasmet.

El castaño parpadea lentamente, sabiendo la implicación de eso, así que razona silenciosamente. El alfa sigue hablando.

—La familia de mi madre es de Francia, es una mezcla de cultura, pero en ambas naciones y familias el lenguaje del baile es de mucha importancia —sigue el alfa mientras gira la copa en su mano— Será la primera vez que te presentes a toda mi familia, cualquier cosa o paso que des ahí será fuertemente criticado. Los medios también sabrán de tu existencia y la confirmación de que eres mi mate se asegurará por otras mafias. Es fundamental que te comportes.

El estómago de Ethan cae y el sentimiento de decepción lo llena. Por supuesto que todo eso era sólo un cascarón vacío, el alfa sabía perfectamente que si lo hubiera dicho de otra forma, Ethan se negaría.

Eran una actuación, Assaf tenía que mantener la imagen de un alfa perfecto al mando de su familia. Todo esto eran solo sobornos.

—Oh —susurra el castaño y da un trago largo a su copa—. Yo...no se mucho aún sobre la cultura otomana o francesa.

Su voz suena pesada, y la mirada del alfa le da un dolor a sus hombros, hablaba como si fueran negocios.

—Tus banyalar y Yuse...Azra te ayudarán con eso —afirma el alfa, Ethan frunce el ceño.

—¿Por qué no Yusef?—pregunta el omega, había notado la rudeza en la voz del turco al hablar del moreno. No era que le importara mucho el cambio, pero Yusef era lo más cercano a un confidente ahí. Si tenía que lidiar con todos esos estupidos códigos de ética y mostrar un personaje del omega perfecto, tendría condiciones.

Assaf deja la copa y dirige su atención hacia Ethan y el castaño siente el olor picoso en el ambiente.

—¿Por qué te interesa tanto que sea Yusef? —él omega detecta un olor amenazante en Assaf, lo que marea a su omega por la tensión en el aire.

—Bueno, al igual que las omegas que pusiste a mi cuidado, es en quien más me he acostumbrado —asevera Ethan y ve el ceño de Assaf hundirse más. El silencio los inunda y el eco de las voces de la ciudad fuera del templo en la ciudad es lo único que se escucha.

—Ya veo —dice el alfa después de un minuto—. Entonces Yusef te ayudará con eso, no veo por que no darte el gusto de la complacencia de su presencia con tal de que te comportes.

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora