6. Como NO hacer un directo en instagram

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"No te preocupes. Lo tengo todo solucionado ;)"

Ese fue el mensaje de texto que recibí de Alex cuando conseguí cargar la batería de mi teléfono.

Tuve miedo de lo que eso podría significar, pero mi domingo estuvo lo suficiente ocupado como para que no tuviera tiempo de preocuparme.

Papá no mintió cuando dijo que estuvo intentando contactarme toda la mañana. Tenía siete llamadas perdidas suyas, cuatro de Cloe, dieciséis de Adrián y dos de Santiago. 

Y mensajes de un número desconocido.

Número sospechoso

Hey

No pude presentarme ayer

Soy Samuel, el chico en el auto :)

Sólo quería preguntarte cómo estabas. Pensé que podíamos ser amigos.

Mañana estaré cerca de la facultad, por si quieres que pase a saludar. Podemos ir a comer un helado.

—Qué raros que son los hombres.

Hice zoom en su foto de perfil para asegurarme de que se trataba del mismo chico que me ofreció llevarme en su auto el día anterior, el amigo de Seth.

¿No tenía vergüenza o qué?

—¿Estás ocupada?

Alguien golpeó la puerta de mi cuarto y apagué la pantalla del teléfono. Cuando abrí me encontré con Santiago. 

Él pasó a mi lado y se metió sin pedir permiso. Se sentó en mi sillón rosa y encendió el monitor. Era un poco fuera de lugar verlo a él, todo de negro, en mi cuarto rosa y blanco.

—Tenemos que hablar.

Me quedé mirándolo desde la puerta.

—Sí, sobre modales.

—No, sobre tu canal de youtube.

Cerré la puerta despacio y lo miré con recelo.

—¿Qué tiene mi canal de youtube?

Santiago entró a mi canal y se empujó hacia atrás con la silla de ruedas para dejarme ver. Me incliné sobre el escritorio y eché una ojeada.

Todo estaba completamente normal, a simple vista. Dejé caer los hombros con alivio y suspiré.

Por un momento creí que me habían desmonetizado o algo.

Entonces reparé en los números.

Mi último video tenía poco más de 50.000 vistas la última vez que lo revisé, hace dos días.

Ahora tenía 400.000.

Ya podía mentalizarme con todo el dinero en mi cuenta bancaria.

—Ese no es el único. —Santiago comenzó a bajar por todo mi canal. Muchos de los videos subieron sus vistas considerablemente. Incluso el número de suscriptores—. Creo que deberías aprovechar esto y sacar más videos.

—Tú sólo dices eso porque te pago por cada video que editas. —Le di un caderazo al sillón y Santiago se fue rodando. Aproveché que el mouse estaba libre y entré a mi cuenta de twitch—. Si están aquí sólo por el chisme entonces se irán pronto.

Era tonto pensar que a partir de ahora tendría esos números en todos mis videos. Probablemente el próximo que saque tenga pocas visualizaciones de nuevo.

—¿No lo entiendes?

Levanté la cabeza de la computadora y lo miré por sobre mi hombro. Santiago seguía recargado en el sillón rosa.

Ella sabe que la odio | YA A LA VENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora