28. Me quedo

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Holiis. Lean esto antes de comenzar:

En galería dejé una canción con su letra en español (tear in my heart - twenty one pilots). Les recomiendo que vean el video y lean la letra antes de empezar o, si ya se conocen la canción, ténganla en mente mientras leer JAJA es que hay una escena inspirada en la canción y capaz les sirve para ponerse en ambiente.

Ahora sí. Disfruteeen.

.-.-.


JESS

Pese a que Alex nos aseguró que no se había golpeado muy fuerte la cabeza, el doctor le aconsejó que no conduciera de regreso a su casa.

—Parece estar todo en orden —dijo mientras observaba las radiografías detrás de su escritorio—. Pero si comienza a dolerte la cabeza, quiero que vuelvas.

—¿Y no me hará una radiografía del culo? —preguntó ella, sentada frente a él. El hombre rio, pero ella se veía muy seria—. ¿Y si se me rompió algún hueso?

Tomaron otros diez minutos convencerla que no tenía ningún hueso roto, y aún así, Alex insistió en que yo la ayudara a caminar. Tuve que aguantar la risa para que no pareciera que me estaba burlando de ella, porque no quería hacerla sentirse mal.

—No es necesario que me lleves a casa —dijo Alex mientras bajábamos las escaleras de la entrada al hospital—. Conduciré yo. Las dejo a ustedes y luego voy a mi casa.

Alcé la vista al cielo. 

Ya era de noche y la contaminación lumínica no dejaba ver más que un par de estrellas solitarias. Los autos aún transitaban casi tanto como en el día, porque estábamos cerca de una avenida. Podía ver a personas sentadas en los balcones de sus edificios, adolescentes bien vestidos caminando juntos hacia algún sitio y a alguien paseando a su caniche.

—Ya escuchaste al doctor, Alexis, —Le di una palmada a su cabeza, sobre su cabello esponjado—. Nosotras volveremos a casa en autobús.

La obligué a sentarse en el asiento del acompañante, como hicimos en el viaje desde la discoteca. Noah se sentó atrás y conduje en silencio.

Creí que sería un viaje incómodo, considerando que era la primera vez que nos veíamos desde el evento desafortunado, pero Alex se quedó dormida en seguida. Se quitó la chaqueta para colocársela como almohada y subió las piernas al asiento para hacerse bolita.

Ella era lo suficientemente pequeña como para entrar así sin problema.

Intenté no mirarla tanto mientras conducía, pero cada vez que pasaba por un agujero en el asfalto no podía evitar fijarme en ella para asegurarme de que siguiera durmiendo.

Todas las veces que dormí junto a ella, siempre fue la primera en despertarse, así que nunca pude verla dormir. Su respiración era mucho más calmada. Era casi extraño verla tan tranquila.

El auto dio un pequeño tumbo cuando pasamos por otro hueco en el asfalto y maldije mentalmente al intendente por no reparar las calles.

Había pasado tanto tiempo alejada de Alex que no me di cuenta de lo mucho que había extrañado el sólo verla.

El viaje tomó más tiempo del que esperaba, porque intenté manejar lo más lento que pude para no despertarla. Pero eventualmente llegó a su fin y tuve que detenerme frente a su casa.

Apagué el motor casi con pena y toqué el hombro de Alex para despertarla.

—Hemos llegado —dije.

Ella sabe que la odio | YA A LA VENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora