10. Hay un hombre moribundo aquí

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Alto ahí. 

El capítulo de hoy sólo lo pueden leer los que se sepan "Llamado de emergencia" de Daddy Yankee.


JESS

Bloqueé a Alex.

Lo siento, estaba enojada y no quería lidiar con ella. En especial porque a veces podía ser MUY pesada. Como ese perro caniche que tenía mi papá al que siempre le gustaba subirse a mi cama para dormir y poner su hocico pegado a mi cara.

Pensé que podría descansar de ella un par de días hasta nuestra próxima clase, pero no conté con su creatividad.

El lunes saliendo de clases recibí una notificación por correo electrónico de que Alex había agregado canciones a nuestra playlist de spotify.

Cuando entré, encontré en la portada de la lista de canciones una foto de ella sacada de internet con el título "Remix Baladas del verano para que Jessica me perdone" con un tipo de letra estilo gótico en rosa. Junto al título había pegado algunos stickers de estrellitas y uno de hello kitty en la esquina inferior izquierda.

En la descripción de la playlist decía "Si el amor es un delito entonces me declaro culpable".

—¿Qué estás mirando?

Noah, quien había salido conmigo del edificio, se paró a mi lado en lo que esperábamos que el semáforo en la avenida se volviera verde.

Descubrimos que las dos compartíamos muchos horarios y algunas clases, así que podíamos volver juntas a casa. Especialmente cuando nos tocaba cursar hasta la noche.

Giré un poco el teléfono y le enseñé la pantalla.

Ella frunció los labios y comenzó a leer con atención. El viento de la noche hacía que el cabello le golpeara en la cara, así que se lo acomodó detrás de la oreja sin dejar de leer.

—"Sorry" de Justin Bieber —leyó—. "Desbloquéame". "Si no me perdonas es mejor morir" —Extendió una sonrisa por su rostro—. ¿Qué amarre le has hecho?

—Agua de calzón —le respondí mientras bajaba por la lista. "I kissed a Girl" de Katty Perry—. Dios mío.

El semáforo se puso en verde y avanzamos. Noah cerró con fuerza su abrigo rojo y yo intenté hacer lo mismo con mi chaqueta blanca, pero era difícil con una sola mano.

—A lo mejor tendrías que responderle antes de que se aparezca en la facultad con una escopeta. —Mi expresión de horror pareció divertirle más—. ¿Qué te ha hecho?

Guardé el teléfono en el bolsillo de mi pantalón y cerré la chaqueta. No quería entrar en muchos detalles, pero aún así Noah era la única que sabía que seguía viendo a Alex.

Bueno, en realidad, me seguía encontrando con ella. No es como si la estuviera "viendo" adrede, como con una pareja.

Ja, ja.

—Le dijo a mi padre que quería invitarme a salir o algo así —respondí vagamente antes de acurrucarme cerca del poste donde paraba el autobús.

—Ah, tu padre no sabe nada ¿No?

Rodé los ojos.

—Pues ahora sí, por culpa de ella. —Metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta—. El otro día, cuando dijiste que invitarías a salir a Alex ¿Fue sólo para molestarme o de verdad sales con chicas?

—¿Por qué? ¿Quieres invitarme a salir? —Ella sonrió, pero al ver que no me hizo gracia se enserió—. Soy lesbiana —dijo—. ¿Tienes algún problema con eso?

Ella sabe que la odio | YA A LA VENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora