7 ¿Me gusta Alex?

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ALEX

—¿Alex? Ja, ja —Jessica sonrió a la cámara de su teléfono con el directo en curso y pasó un brazo por sobre los hombros de la empleada de la cafetería—. No sé de qué Alex están hablando. Yo sólo conozco a mi amiga Patricia.

Patricia saludó a la cámara algo nerviosa. Detrás de nosotras la fila para comprar el café se alargaba cada vez más. Otra de las empleadas se colocó detrás de la caja registradora contigua y le pidió a los clientes que formaran detrás de ella.

Yo miraba el directo desde mi cuenta falsa.

🌸IvaSancheez: ¿Cree que somos estúpidas?

🌸Pussy_destroyer666: Déjenla, pobrecita. Todavía no salió del closet.

🌸InsignificantUser_: Hagamos como que le creemos.

La frente de Jess se arrugó en la pantalla de mi teléfono y soltó a la empleada de la cafetería.

—¿De qué closet están hablando? Yo no estoy en ningún closet. Adiós.

La transmisión terminó.

Levanté la cabeza de mi teléfono, divertida, pero cuando me encontré con los ojos de Jess ella sólo me devolvió una mirada cargada de odio.

—¿Te estás divirtiendo? Disfruta tus últimos segundos de vida, porque voy a destruirte.

Uy, quieta.

—Me alegra haberlas podido ayudar, chicas —nos interrumpió la empleada de la cafetería—. Pero, si me disculpan, voy a trabajar.

Se quitó mi chaqueta y me la devolvió. Nos hicimos a un lado para dejarla meterse detrás de la barra y tironeé del brazo de Jess fuera de la fila.

—No va funcionar —le advertí.

La chica era morena, como yo, y tenía casi el mismo tipo de cabello negro y rizado. Pero yo era mucho más apuesta. Cualquiera podría reconocerme aunque sólo apareciera unos segundos en cámara.

—¿Sabes qué? Cambié de opinión —Jess pasó a mi lado sin detenerse—. Llévame en tu auto.

Comencé a caminar detrás de ella. Un chico que entraba a la cafetería tuvo que apartarse para que no chocáramos con él.

—No hasta que me digas donde está Seth —le recordé.

Esa loca de mierda me había lanzado esa bomba para luego decir "pero primero, debo solucionar esto" y bajar corriendo hasta la cafetería.

Mis piernas estaban destruidas por subir y bajar los cuatro pisos tres veces. Estaba bien que yo hacía ejercicio, pero después de todo un día trabajando y en clase, mi condición física era la peor.

—¿Quién es Seth? —Salimos del edificio y Jess se detuvo frente a mi auto estacionado, como si aguardara a que yo le abriera la puerta. Al ver mi rostro, pareció recordar algo que había olvidado—. Ah, ese Seth. El inservible.

Hizo un gesto con la mano para que le abriera la puerta. Rodé los ojos, pero desactivé la alarma y se la abrí. Ella se metió en el asiento del acompañante como si estuviera siendo escoltada al interior de su limosina y me miró a la espera de que le cerrara la puerta.

¿Esta chica era broma o iba en serio?

Cerré la puerta con fuerza y la vi hacer una mueca del susto a través de la ventanilla. Luego me enseñó el dedo del medio.

Tan delicada y tan sucia.

Rodeé el auto y me metí detrás del volante, pero no bajé la ventanilla. Fuera ya era de noche, aunque últimamente estaba sintiendo un poco de paranoia.

Ella sabe que la odio | YA A LA VENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora