T R E S

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Entró a su casa recibido por el silencio junto al aire gélido en el ambiente. Observo a los lados sin divisar a nadie o siquiera oír algo que le advirtiera la presencia de otra persona, por lo cual no lo pensó dos veces y camino a las escaleras. Subió un peldaño, luego el otro y así avanzó hasta llegar al segundo piso. Caminó por el pasillo en dirección a su habitación, abrió la puerta y se adentró en está cerrando detrás de él. Su cama vacía y ordenada le llamo a acostarse sobre ella y rendirse ante el sueño, y así hizo, se acostó, solo que prefirió no dormir aún.

Decidió que sus ojos se perdieran entre nubes de arrebol en el cielo que predecía la próxima caída del sol, ahí, pensativo y con la mente volando entre las blancas nubes, fantaseó con la idea de una mera caricia por parte de ese hombre misterioso a sus ojos. Quería descubrirlo, escabullirse y escarbar en él para sacar al varón del que todos aseguraban, había desaparecido en el momento que puso un pie fuera de Nagoya.

Entre pensamientos utópicos, el joven vio la caída del sol y el despertar de la luna. Horas pasaron, estas trajeron a sus padres a casa y el tintineo de una campanilla le aviso que la cena estaba lista, más no bajó. Pasos subieron por las escaleras, se puso de espaldas a la puerta y cubrió su cuerpo con la sabana fingiendo dormir para que la persona que acababa de abrir su puerta no le llamara y solo le dejara en su sueño. La luz fue apagada, la puerta se cerró despacio y Tetsuhiro fue recorrido por un escalofrío provocado por el frio en la alcoba. Se quedó dormido minutos después al haber sucumbido a la clinofilia.

Sus ojos se abrieron con lentitud. Su vista borrosa poco a poco fue enfocando con nitidez el techo de madera sobre él. Perezosamente se removió en su cama con ánimos de seguir durmiendo, pero solo cerró sus ojos diez segundos más para luego levantarse. Sus brazos se estiraron, soltó un quejido y sus pies se calentaron al entrar en sus zapatos.

Hacía frío, había sido una noche helada la cual se convirtió en una mañana igual de gélida. Caminó al baño arrastrando sus pies, dentro, se acercó al lava manos y abrió el grifo. Entre sus manos recogió un poco de agua para lavar su cara queriendo espabilarse. Hizo sus necesidades básicas, tomo una corta ducha y luego salió envuelto en una toalla. Se vistió lo más rápido que pudo con algo casual, sobre su camisa manga larga colocó una chaqueta para protegerse del frío que había fuera.

Tetsuhiro bajo las escaleras, cruzó y siguió derecho para meterse a la cocina. Margaret, una mujer extranjera quien ha sido su segunda madre, cocinaba el desayuno a la par que tarareaba una suave melodía. Sus cabellos que empezaban a teñirse de gris y las arrugar alrededor de su rostro cada que sonreía solo demostraban cuánto tiempo había estado en esa casa sirviendo de ayuda en los labores domésticas.

-Buen día, Margaret -Tetsuhiro rodeó la mesa para acercarse a la mujer y poder ver que hacía tan animada.

-Buen día Tetsuhiro-kun ¿Cómo le va? Espero haya dormido bien -Respondió la mujer amigablemente. -Siéntese por favor, ya le sirvo el desayuno. Debe usted estar hambriento, anoche no ceno -Tomo un trapo, limpio sus manos y se puso de puntillas para alcanzar los platos, estos estaban ordenados cuidadosamente sobre una blanca repisa sobre ella. Alcanzó un plato de porcelana el cual serviría para poner los alimentos preparados.

Tetsuhiro obedeció hambrón, se sentó y espero paciente a que la mujer le despachase. Al tener el humo de la comida bailando y llamándolo en su cara, tomo su cubierto y degusto lo servido. Margaret cocinaba exquisito, siempre había sido fan de su comida y era ella quien le había enseñado a escondidas de su madre como preparar todo lo que sabía.

En su casa, como en todas las del pueblo, las mujeres eran quienes cocinaban y los hombres no se acercaban a la cocina a menos que sea para comer. Para él, era algo tonto; pensaba que todos debían aprender algo tan sencillo como prepararse la fuente de su energía. Había pedido a Margaret enseñarle y ella, luego de recalcarle aquello, fue convencida por un joven Tetsuhiro quien anhelada aprender.

R E B O R N • Koisuru Boukunحيث تعيش القصص. اكتشف الآن