C U A T R O

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Los platos ya estaban vacíos y sus estómagos llenos. Ambos limpiaron sus labios con sus respectivas servilletas y bebieron de sus respectivos vasos para terminar de pasar los alimentos.

Souichi fue el primero en acabar sus alimentos, era el más hambriento. Solía salir de casa sin desayunar, la cocina se le daba fatal y él vivía solo. Tetsuhiro acabó minutos después luego de ser apurado por un Souichi que deseaba irse.

Kunihiro amablemente retiró los platos, ofreció postres a lo cual Souichi se negó, no era fanático del dulce. Tetsuhiro tampoco pidió nada y solo pagaron la cuenta entre ambos.

Al salir del local, Souichi miró la hora en su reloj amarrado a la muñeca. Eran las diez y veinte minutos. Giró un poco su torso para mirar a quien le acompañaba.

-Debo admitir que tenía razón, quede satisfecho con la comida de aquí -Empezó una conversación al momento en que ambos iniciaron su caminar por la grava sin destino alguno. -Puede que venga más seguido.

-Me alegro que haya sido de su agrado, tal vez yo pueda acompañarle y platicar sobre lo que usted quiera -Tetsuhiro se sintió animado ante aquella idea de comer frecuentemente con Souichi. -Le propongo algo, leeré el libro y lo citaré aquí de nuevo para hablar sobre eso y que usted me aclare dudas ¿Le parece? Se convertirá en mi Senpai -Una sonrisita se dibujó en su rostro.

-Supongo que no puedo negarme a quien desee aprender sobre esto, son muy pocos -Souichi sorpresivamente acepto. En el fondo le emocionaba poder enseñar más sobre su pasión. Que le haya propuesto llamarle "Senpai" también era motivo de emoción, eso le hacía sentirse como los grandes científicos llenos de conocimientos y habilidades. -Más le vale leerlo con rapidez, Tetsuhiro.

-Lo haré, leo muy rápido y seguro mañana mismo le devolveré el libro -Volteo a verlo sin dejar de sonreír, no podía con la dicha. Su cabeza nuevamente se enderezó dejándole de vista el frente.

Sin darse cuenta, habían caminado bastante y llegaron a la plaza monumental del pueblo; un sitio vasto el cual llevaba en medio una gran estatua que honraba al fundador del pueblo. Esta llevaba una plaquita que daba información como nombre, un poco de biografía, fecha de nacimiento y muerte. Alrededor de esa estatua estaban colocadas bancas en forma circular rodeando la estructura en forma de glorieta. Las bancas eran de concreto pintadas de blanco. Detrás de estas, arbustos que encerraban un jardín con distintas flores y plantas, seguían el mismo patrón redondo abrazando la estatua. El suelo estaba hecho de piedras grises y marrón oscuro, simulaban ser ladrillos ya que eran cuadradas.

Ambos hombres tomaron asiento en las bancas. A sus alrededores bailaban distintos colores llamativos en las faldas largas de las mujeres que caminaban en parejas o tríos. Había algunos colores más neutros andando en los trajes de los hombres. El suelo parecía adornado con las aves que bajaban a buscar alimento regado, tanto palomas como pájaros de distintos colores daban a aquella plaza gris pinceladas de alegría.

Era un ambiente tranquilo; las aves cantaban, la brisa no se sentía tan fría y estaba con Souichi ¿Qué más podía pedir?

-Usualmente no vengo a esta plaza, me parece que solo es frecuentada por señoras chismosas y jovencitas buscando amores -Comentó el pelilargo haciendo reír un poco a Tetsuhiro. -Simplemente no me gusta.

-Creo que es un lugar agradable. El canto de las aves suena más fuerte aquí a estar rodeado de grandes árboles -Tetsuhiro era fan de la naturaleza, solía admirarla desde la ventana de su alcoba. Quizás eso fue su primer acercamiento a la biología.

-Yo odio los sitios concurridos, la gente suele hablar mucho y muy alto -Sus brazos se cruzaron, su espalda se apoyó al espaldar y su cabeza se movía de un lado a otro observando a las personas. -Hoy no está tan lleno, debe ser por la hora.

-En las mañanas las damas están más ocupadas con los preparativos del almuerzo, los hombres trabajan y los niños están en las escuelas... Solo los que tienen tiempo libres estamos aquí, quizás somos los vagos de esta comunidad -Bromeó Tetsuhiro volteando a ver a su acompañante quien le regresó la mirada, una molesta.

-Vago usted, yo acabo de salir de mi trabajo -Atacó dejando de verlo rápidamente, la mirada verdosa del azabache era muy intensa y penetrante cuando se trataba de observarlo a él. Le causo gracia su reproche.

-Yo estoy en mis días libres -También decidió dejar de mirar al mayor cuando escucho su nombre ser pronunciado por una voz femenina.

- ¡Tetsuhiro-kun! -La dama llevaba puesto un precioso vestido negro con bolas rojas de distintos tamaños esparcidas por doquier. Las mangas de su atuendo eran abombadas y su cabello estaba suelto. - ¿Me recuerda? Soy Mika, nos graduamos juntos. Es un placer volverlo a ver

-Oh, ya lo recuerdo -Se levantó para saludarla con un beso en la mejilla. -Me alegra verla ¿Cómo ha estado? ¿Cómo sigue su hermano? Supe que enfermo -Pregunto un Tetsuhiro con expresión de preocupación.

-Ha mejorado mucho gracias a la medicina, estamos contentos por él. Yo he estado bien, trabajo en un restaurante por la esquina dorada pero hoy es mi día libre -Sonrió amigable.

- ¿El restaurante de pared de ladrillos? -Cuando la mujer asintió, él sonrió sorprendido. -Que causalidad, justo vengo de comer ahí junto a... -Volteo a ver al pelimiel quien los observaba en silencio ¡No lo había presentado! Que mal educado era. -Lo siento. Mika, él es Souichi, Souichi, Mika

Ambos aludidos estiraron sus manos para esta ser estrechada por el otro. Un leve movimiento de arriba a abajo y se soltaron.

-Un gusto conocerlo Souchi-san. Es usted el profesor de biología ¿No? Lo he visto impartir clases algunas veces, he escuchado que conoce mucho del tema -Comento la mujer buscando conversar.

Souichi solo asintió. -Lo soy -Respondió llevando las manos a sus rodillas para luego ponerse de pie. -Un placer Mika. Debo marcharme, tengo cosas que hacer -Miro a Tetsuhiro y sin más, empezó a caminar alejándose de ellos.

Tetsuhiro quiso ir detrás, pero no podía ser un mal educado y dejar a Mika con la palabra en la boca así que solo le dejó ir. La mujer observaba a Tetsuhiro, podía notar como este parecía querer ir detrás del hombre.

-Anda Tetsuhiro-kun, tienes cara de enamorado -Una risita por parte de ella saco al aludido de su burbuja. Miró a la joven con sus mejillas teñidas de rosa.

- ¿Q-qué dice, Mika? -Ese tartamudeo fue lo que terminó de delatarle, se había puesto nervioso.

-Está bien, no soy quién para juzgar ni mucho menos para delatar -Su delicada mano acaricio el brazo del hombre frente a él.

-No estoy enamorado de Souichi, Mika -Dijo con serenidad. -Solo... Solo llama mi atención, es todo.

-Es un hombre atractivo, me pareció que los rumores son ciertos y es alguien con mal genio ¿no? -Ambos jóvenes observaron a lo lejos al pelimiel. -Tiene un hermoso cabello, me causa envidia.

-Es una buena persona en el fondo -Al ser mencionado su cabello, su mirada se fijó en este y pudo verlo mecerse al compás de su andar.

-Sea lo que sea, debes tener cuidado. Recuerda que no está bien visto Tetsuhiro -Las perlas negras que llevaba por ojos se posaron en el más alto.

Tetsuhiro suspiró sabiendo aquello. Sentir algo por alguien prohibido era una sensación llena de miedos e inseguridades, pero también le atraía y le llamaba a seguir detrás de ese hombre. Y es que aquel sujeto de pelo largo y mal humor constante le tenía enganchado como alguna especie de embrujo. No podía dejar de pensarlo desde el primer momento en que lo vio.

R E B O R N • Koisuru BoukunWhere stories live. Discover now