N U E V E

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POV SOUICHI


El humo del café bailaba en mi rostro. Sostuve la taza cerca de este mientras soplaba el oscuro líquido queriendo enfriarlo un poco. Estaba sentado en la mesa de la cocina. Mi mano derecha llevaba el objeto humeante, la otra sostenía un lápiz. Frente a mi estaban esparcidas hojas con distintos nombres y caligrafías.

Estaba evaluando a mis estudiantes.

No había cosa que me molestara más que esta, podía darme cuenta que la mayoría no ponía ni una pizca de atención a mi clase y ni siquiera hacían el mínimo intento de copiar para disimular su falta de atención.

Me irritaba, esos niños me irritaban ¿Sonaba muy mal de mi parte?

Conseguían que me sintiese tonto al hablar de lo que más me gustaba, y me irritaba el sentirme así por unos críos.

El lápiz cayó sobre las hojas cuando lo solté. Me levante y camine al sofá para sentarme en este, necesitaba alejarme de esos papeles ya que tanto color blanco estaba fatigando mi visión.

El líquido caliente corrió por mi garganta. Tome un sorbo del café disfrutando su sabor y su temperatura, mis ojos se cerraron y me deleite de aquella bebida hasta que la acabe. Llevaba una taza pequeña por lo cual no fue mucho lo que ingerí.

Estire mi cuerpo y mi brazo hacia delante, deje la taza sobre la mesita y regrese a mi antigua posición: recostado en el sofá.

Esa mañana sentía mucha pereza y solo deseaba dormir más, pero mi cuerpo no me permitía conciliar el sueño al ya estar acostumbrado a estar despierto tan temprano. Solo pude recostarme mejor en el sofá, tomar el libro que había dejado ahí anoche y abrirlo. El marca páginas me ayudo a llegar al sitio donde dejé la lectura, y retomé desde ese punto.

Las horas ahí sentado pasaron volando y con ellas mi cerebro se llenaba de información obtenida por las letras de ese libro. Amaba leer, amaba aprender más sobre el mundo y cómo funciona. El hecho de que mis estudiantes menospreciaran la información me fastidiaba. Eran niños, sí, pero igualmente me molestaba.

-Solo Tetsuhiro parece interesado en esto... -Murmure en medio de mi divagación.

Tetsuhiro se me había venido a la mente, él y su extraña manera de tratarme. Siempre estaba deseoso de que yo le hablase más sobre este tema, siempre dispuesto a aprender y yo gustoso de enseñarle.

Ese chico era extrañamente agradable.

Solía pegárseme mucho, hablarme cerca y agarrarme de la muñeca para llevarme a algún lado como si yo fuese un niño chiquito. Odiaba el contacto físico y que invadan mi espacio personal, y aunque se lo repitiese cientos de veces, él hacía oídos sordos.

Y a mí no me molestaba si era él.

Explicándome mejor, extrañamente cuando él ponía sus dedos sobre la piel expuesta de mi muñeca, su aliento me rozaba el rostro o su calor corporal me aliviaba del frío nocturno al caminar juntos, a mí no me molestaba como debería. No entiendo el porqué, aunque quisiese molestarme y hasta cuando le reclamo, no lo digo tan enserio.

Y esta semana me ha hecho darme cuenta que le echo de menos, es un gran amigo y siempre esa ahí para oírme hablar por horas si era necesario.

Tetsuhiro era alguien muy popular entre las personas. Cuando caminábamos, la gente le saludaba llamándolo por su nombre y él, respondía igual. Yo sólo podía observar en silencio ya que, al contrario de él, yo no era para nada sociable. Y eso me hacía preguntarme ¿Cómo es que una persona tan social y amistosa como lo era él, se la mantenía con un amargado como yo? Y es que ese hombre parecía disfrutar de mi compañía a pesar de a veces ser tosco con él.

R E B O R N • Koisuru BoukunOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz