V E I N T I C U A T R O

104 17 10
                                    

POV TETSUHIRO


Algunos días desde que Tetsuhiro se fue


–¡Vamos, una vuelta más y luego a las duchas! –Una voz gruesa y potente nos avisó. Estaba parado en medio de la rueda que se había formado a su alrededor por mí y los demás soldados que trotábamos.

Mi respiración ligeramente agitada y mis pies cansados solo me hacían ansiar más estar bajo el agua caliente de las duchas. Habíamos estado ejercitándonos por dos horas y esto era el ejercicio final por hoy.

Estábamos agotados, las "vacaciones" nos habían descontrolado completamente y nos recordaron como fue el inicio de nuestra formación.

–¡Descansen! –Grito de salvación. Todos nos detuvimos.

Me incline hacia delante, puse las manos sobre mis rodillas y baje un poco la cabeza queriendo recobrar el aliento. Sentí una mano en mi espalda por lo cual giré mi cabeza a un lado.

Isogai, mi rubio y bromista amigo me miraba sonriente con su rostro sudado y su pecho agitado.

–Creo que no debimos irnos de vacaciones –Dijo cansado y yo me erguí asintiendo.

–Sí, no recordaba cuan cansado era esto y lo mucho que le gustaba a nuestro superior hacernos sufrir –Comente. Camine junto a él hacía la fila que se había formado y cuando nos dieron señal, avanzamos ordenadamente hacía las duchas.

Desde que llegue me he sentido observado por todos. No sé si se deba a lo que paso, ya que estas mismas personas estuvieron ese día donde fui llevado al hoyo.

Era un espacio grande, lo suficiente para permitir la entrada de casi cien soldados, pero solo podían ducharse unos veinte primero así que los demás debíamos esperar.

Me senté junto a Isogai en las bancas de madera, ambos sin camisa nos soplábamos con las manos.

–Escuche que fuiste al hoyo –Comento observando al frente. –Debió ser horrible, ¿cómo es dentro?

–Gris, frío, espeluznante –Cerré mis ojos dejando de soplarme. Suspiré y abrí estos apoyando la cabeza en la pared. –Había mucho llanto, muchas voces pidiendo ayuda y... Y no sabes de dónde vienen exactamente, parecen salir se todos lados y por más que buscas su procedencia, no la encuentras.

El rubio se quedó en silencio unos segundos hasta que volvió a hablar, y por su pregunta supe que su silencio se debía a que estaba pensando en si era correcto preguntarme o no:

–¿Tú y él tienen algo? –Directo como siempre, cuestiono volteando a verme. Hablo en voz baja, los demás estaban metidos en sus asuntos, pero igual debíamos tener prudencia al hablar de estas cosas.

–No –Baje la mirada y observe mis dedos a la par que jugueteaba con estos. –Todo fue por un malentendido, y me hizo darme cuenta cuan podrida esta la gente de aquí ¿Sabes? Ese lugar está lleno de personas inocentes, y serán castigados por el simple hecho de amar.

–Supongo que la humanidad es así, y espero que en un futuro todo cambie para mejor –Puso la mano en mi hombro. –Hemos sido amigos desde que entramos aquí, así que quiero que sepas que puedes confiar en mí.

–Lo sé –Le mire sonriendo ladino. Sabía que podía contar con él, muchas veces me lo ha demostrado, pero aún no le diría sobre mis sentimientos. –A veces eres raro, pero sé que eres buena gente –Ambos reímos. Aparto su mano de mi hombro y apoyamos la espalda a la pared para podernos abanicar nuevamente.

R E B O R N • Koisuru BoukunWhere stories live. Discover now