C U A R E N T A Y S E I S

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Souichi

- Esta bien, está bien... -Susurra tras de mí, su voz suave me hace sentir más debil. Acaricia mi espalda, sostiene mi cabello el cual se ha salido de la coleta que mamá me hizo cuando, apresurado, me aleje de los presentes para encontrar un lugar en donde esconderme.

Finalizado el baile, tomé copa tras copa de vino, shot tras shot de sake, y ahora, en el baño expulsando el alma por la boca, por fin conseguí un minuto de paz luego de horas en que mi mente no estuvo presente.

Me siento perdido.

Tadokoro notó mi malestar cuando derrame la copa sobre mis prendas, y Miharu me observo alzando una ceja, ofendida quizás, por la vergüenza de un esposo ebrio tan solo empezar la fiesta post boda. Mi primo se excusó por mí, y me trajo al baño sin trabas o alguna queja de papá ya que Tetsuhiro se había ido del lugar sin siquiera dame una última mirada.

¿Cómo es esto posible?.

Sin más que expulsar, pero queriendo sacar la tristeza para que se fuese con todo lo demás, Tadokoro limpia la comisura de mis labios con una servilleta y baja la tapa del váter, luego la cadena. Me siento sobre el frio suelo con las piernas un poco dobladas, él hace bola la servilleta y la deja a un lado sin sacarme los ojos de encima.

Entonces fuera suena una melodía reconocible al tris, mi corazón se arruga al instante.

The night we met.

Sin pensarlo dos veces, sin sentir orgullo o vergüenza del llanto, me abrazo a mi primo tan fuerte que quizás le lastime, más él no dice nada, tan solo corresponde y abraza mi cuerpo tembloroso. Lloro, lloro sin control con la cabeza sobre su hombro, lloro por el día en que nos "conocimos", lloro por la tarde lluviosa en que corrimos bajo las gotas gruesas que el cielo derramaba sobre nosotros, por la noche en el hoyo, por la declaración, el primer beso, el último beso. Pero por sobre todo eso, lloro por el descubrimiento que ambos hicimos. La imagen de la esclava esta tatuada en mi mente, no había duda de que era esa, y saber la identidad de la persona que me hirió de tantas formas, saber que lo tuve cerca tantas veces, saber que es amigo de papá, y por cortesía llegué a saludarlo antes que todo esto empezara, saber que era él, el padre de Tetsuhiro, había sido demasiado para mi mente ya cansada. El solo pensarlo agudiza el llanto, ya no sollozo, solo me aferro a mi primo y en un silencio asfixiante las lágrimas ruedan, caen, queman mis mejillas. Mi corazón late tan rápido que podría detenerse, mi mente no paraba en un pensamiento, lastimosamente en recuerdos de esa noche.

¿Me lo merezco?.

- Sou, respira –Dice Tadokoro tomándome de las mejillas para alzar mi cabeza. Asustado por mi llanto silencioso, ese donde estás tan adolorido que no eres capaz de emitir ruido, ese que quiebra y duele más que todos, ese que no deja respirar y en jadeos buscas oxígeno. Tadokoro me da leves golpes en las mejillas, me saca las gafas y me abraza de nuevo protectoramente. –Calma, tienes que respirar ¿Si? Por favor cálmate... -Pide asustado, yo cubro mi boca cortándome más la respiración, cierro los ojos y me quedo quieto por un corto tiempo hasta que aparto la mano, respiro agitado y le miro sintiéndome cansado. –¿Todo estará bien, ¿sí? Lo prometo... Jamás voy a dejarte solo –Lleva los mechones de cada lado de mi cabeza tras mi oreja, asiento despacio sollozando levemente, hipando como niño chiquito.

Me duele siquiera pensar.

- Ya sé quién es, Tadokoro –Coloco una mano sobre mi pecho, la presión cada vez se asienta más, como si tuviese a alguien sentado sobre mí. Sin mirarle a los ojos, le cuento mi dolorosa verdad, el asunto de la esclava, mi desconfianza a Tetsuhiro. Le suelto todo, al contrario, quien, en silencio me escucha. Al finalizar, alzo la mirada a sus ojos, y en estos veo tristeza. –Fue su padre... El padre de Tetsuhiro, Tadokoro ¿Cómo me explico que fue esa persona? Es demasiado... Es demasiado para mí –Con amenaza de llanto nuevamente, respiro hondo mirando hacia arriba, las pestañas me gotean levemente, hay agua acumulada en mis lagrimales. –¿Por qué me hizo esto? ¿¡Por qué!? ¿Yo qué le hice? Es decir... Maldita sea, no puedo con esto, no puedo...

R E B O R N • Koisuru BoukunNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ