D I E C I S I E T E

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POV SOUICHI


Ese día cayó una sorpresiva tormenta en Nagoya así que no nos quedó más remedio que irnos a pesar de saber que terminaríamos empapados.

Corrimos bajo la lluvia luego de contar hasta tres dentro de esa casita en el parque. Él dio la idea de irnos, yo me negué de inmediato y él me recordó que, si no nos marchábamos, estaríamos ahí un largo rato bajo la lluvia y el frío. Así que, luego de quejarme y maldecir al cielo, me levante.

Casi resbale por el suelo mojado, él me tomó de la mano y juntos corrimos hasta buscar otro lugar para refugiarnos.

Nos paramos bajo el techo de una tienda. El típico techo que estaba sobre las puertas de entrada. El preticolor inundo nuestras fosas nasales, un aroma agradable a tierra mojada. Los dos estábamos empapados, mi cabello escurría agua y la coleta se me había caído por correr sin frenos. Él se quitó su abrigo y lo puso sobre mí al verme temblar, hacía un frío increíble. Yo quise negarme, le dije que se enfermaría y él me comento que nunca suele enfermar. Yo sí, y esto seguro iba a terminar en un resfriado.

Nos quedamos ahí hasta que la lluvia bajo un poco como para correr a otro punto. Y así fuimos hasta estar cerca de mi casa. Le dije que se fuera, que no se desviara tanto de su hogar solo para acompañarme y él, siempre de insistente, me dijo que no.

Media hora después y ambos llegamos a mi hogar. Empapados entramos y yo enseguida busque toallas mientras él, tembloroso, me esperaba en la puerta. Regrese con dos toallas, una en mi cabeza y la otra en mi mano.

Estando a pocos metros de él, resbale y me atrapó.

Me observó mientras nos incorporábamos nuevamente ya que él flexiono un poco sus piernas al atraparme. Me separo rápido de él, y le lance la toalla para luego huir a la cocina con la excusa de preparar café caliente.

Esa noche decidí dejarle estar en mi casa hasta que la lluvia finalmente acabara.

Pero no acabó, y él durmió en mi sofá.

Desperté gracias a un estornudo que me sacó a rastras del  sueño. Me incorporo, llevo una mano a mi frente en señal del intenso dolor que sentía en mi cabeza. Mi nariz ardía y yo me sentí pesado.

Me había resfriado como predije, anoche dormí con el cabello mojado y hoy amanecí entre la humedad de mi almohada.

Maldije el clima del día anterior, y a Tetsuhiro por dar la idea de irnos. Cuando le viera iba a golpearlo hasta cansarme. Ahora solo debo levantarme e ir al baño, así lo hice, con pesadez la cual estuvo a punto de tumbarme nuevamente a la cama. La pereza y el malestar me acompañaron en mi rutina diaria.

Cuando estuve listo, mi cuarto arreglado y mi pijama cambiada por ropa de casa, salí de mi habitación y bajé las escaleras. Crucé la esquina entrando a la cocina, ahí empecé a hacer café. Mientras el agua se calentaba, yo metía la mano dentro de la bolsa de pan para sacar uno y comerlo así.

En medio de mi faena, escuche un ruido detrás de mí así que deje de masticar. Antes de siquiera poder darme la vuelta con un pan como única arma, una voz me llamo.

- ¿Souichi-san? –Termine de girar mi cuerpo encontrándome a Tetsuhiro sentado en el sofá ¿Qué diablos? ¿Cómo se metió a mi casa?

- ¿Qué hace usted aquí? -Pregunté alzando mi mano con el pan en ella, no supe porque y no me di cuenta de lo tonto que me veía hasta que él se río y pregunto un "¿Va a golpearme con ese pan?". Baje la mano. -Váyase.

R E B O R N • Koisuru BoukunWhere stories live. Discover now