T R E I N T A Y S I E T E

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Souichi

No sé qué me sucede.

Sus dedos se deslizan por mi nuca, sus labios acarician los míos y sus ojos entre cerrados me observan. Deslizo las manos por su pecho, él vuelve a besarme con la misma intensidad del principio, y mis piernas tiemblan ante el contacto de sus uñas rozando mi piel.

No lo entiendo.

No sé qué hago, porque me siento tan embelesado de él, por él.

Me desconozco totalmente, y me asusta sentirme encerrado dentro de mi cabeza mientras algo extraño toma posesión de mi cuerpo.

Esto no debería estar pasando, entonces ¿Por qué no lo aparto?

Le dije que era especial...

No sé siquiera qué significa eso para mí.

Llevamos en eso largos minutos, la verdad no sé cuánto tiempo ha pasado desde que me atrapo a mitad de mi habitación. En la oscuridad, alumbrados por una sutil luz de luna que permite formar dos siluetas en las penumbras besándose, consumiendo el elixir de lo prohibido, dejándose llevar por el pecado.

Esto es un pecado.

De todo esto, dentro de esta confusión que quema dentro, es lo único que sé, esto está mal y estoy cayendo de la cuerda, a punto de estrellarme contra el suelo, pero queriendo sentir la brisa en mi cuerpo y la sensación de libertad mientras caigo en cámara lenta.

- Tetsuhiro... -Pronuncio su nombre, mi voz tiembla un poco. Relame sus labios, me observa con la mano cubriendo mi mejilla y el pulgar rozando mi labio inferior. - ¿Qué estás haciendo? Por favor...

- Solo quédate en silencio, solo cinco minutos más... -Pide él roncamente. Sus ojos brillan, sus manos tiemblan ligeramente. -Bésame más, lléname de ti, necesito llenarme de ti... -Hace el intento de volver a besarme, pero yo lo detengo y me aparto. Su respiración suena algo agitada ¿O es la mía? -Souichi...

- No, esto está mal, Dios -Cubro mi rostro, siento mis cabellos deslizarse sobre mis hombros. Sus manos toman mis muñecas, las aparta y alza mi cabeza desde el mentón.

- Deja de pensar en eso, estamos solo, aquí nadie va a vernos -Dice. Bajamos las manos dejándolas a los lados de nuestros cuerpos.

- Yo no hablo de eso, que claramente es un factor importante, hablo de esto... De esto, me confundes, estoy muy confundido y tú empeoras el lio en mi cabeza. No me preguntes porqué lo hago, no me preguntes por qué dije tal cosa, porque no lo sé, Tetsuhiro, no lo sé... No sé qué significa esto, por favor no más, no más... Quiero que te vayas -Señalo la ventana, desvio la mirada y suspiro con frustración. Entiendo que él ahora este confundido al igual que yo, pero él tiene en claro sus sentimientos, mientras tanto yo no descubro la razón del porque su cercanía me empezó a poner nervioso, quizás cada desenlace que ha tenido el estar juntos, o todo lo que dice cada que me tiene de frente, su manera de actuar, su manera tan arriesgada de pensar.

Tetsuhiro chasquea con la lengua, toma mis manos y entrelaza un su índice con el mío, ambas manos.

- Te amo, pero no lo suficiente para dejarte ir y rendirme a pesar de saber que este juego no voy a ganarlo... Quiero que sepas que no estoy aquí para hacerte daño, jamás ha sido el propósito, estoy aquí porque tengo un corazón que se desenfrena cada que te ve, maldición, y créeme que saberme débil ante ti no es algo que me enorgullezca, pero aquí estoy, enamorado, enamorado de un hombre malhumorado que adora leer, que adora la biología y los girasoles, un hombre que sabe a tabaco, café, a té y sueños. Souichi, te he dicho muchas veces que no sé cómo paso, pero siento que este amor no es solo un momento, ha pasado por tantas vidas sin poder concluirse, y en esta vida tampoco podrá... Un amor sin rumbo a nada -Encoje sus hombros, gira la cabeza a un lado y muerde su labio inferior. La luz lunar me ayuda a notar la humedad en sus ojos, estos brillan más y sé que contiene lágrimas.

R E B O R N • Koisuru BoukunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora