C U A R E N T A Y U N O

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TETSUHIRO

Camino por el pasillo.

Los sentimientos arden a flor de piel, también en mi estómago, revolviéndose, me causan nauseas.

Este juego de si, y de no, me tiene hundido en el lodo, y no puedo culparlo a él de comportarse asi sabiendo yo, que esto no sería fácil en lo absoluto. Un sentimiento que quizás nunca había conocido, o se había rehusado a conocer, está abriéndose paso en su dañado corazón, y soy el culpable.

O eso quiero creer...

No sé de donde sigo sacando fuerzas para esto, quizás es el amor que le tengo a Souichi o mi tendencia a perseguir imposibles y cometer errores. Frustrado, continuo mi andar pensando en lo tedioso que puedo llegar a ser, y es que toda esta situación me pone de los nervios, y no sé cómo actuar, así que tan solo me muevo por instinto.

Estando frente a la puerta que da al jardín, respiro hondo, buscando serenarme, peino mis cabellos y finalmente salgo. Busco a papá con la mirada, él está junto al señor Suzuki. La idea de acercarme pronto desaparece, aunque mis pies avanzan despacio.

- ¡Tetsuhiro! –Escucho mi nombre poco después, me giro y ahí esta Tadokoro en la puerta, se ve un tanto agitado. Llamó la atención de todos, en especial la de los patriarcas quienes se acercaron con su atención en el pelinegro, aunque pronto siento como unos ojos me observan. Volteo, encontrándome con los responsables de este mal presentimiento que creció muy rápido. Escucho pasos sobre la hierba, Tadokoro se pone a mi lado con la boca entreabierta, parecía querer decir algo.

Pronto, siento como me despoja de algo, y el objeto brilla con la luz del sol al ser observado por el señor Suzuki, llama mi atención de inmediato.

No puede ser...

Coloca los lentes en su bolsillo. Su mirada altiva pone mis vellos de punta, se siente pesada. Papá está más atrás, su decepción me apuñala y duele reflejarme en sus orbes llenos de odio.

- ¿Cómo llegó esto ahí...? Quisiera preguntarlo sin sonar sarcástico, pero la respuesta es tan obvia que, tan solo verlo puedo saberla sin dejar a que intente usted contestarme con un intento de mentira absurda. Dígame mejor, Tetsuhiro ¿Qué hacía usted con mi hijo cuando tiene prohibido estar cerca de él? Y tú, Tadokoro, como te prestas para esta barbaridad...

El mencionado solo me mira y se muerde el labio inferior regresando la vista al señor Suzuki.

Su voz se torna más seria a medida que avanza la pregunta, mi corazón late acelerado, no sé qué contestar y mi cerebro lanza lo primero que piensa.

-Si eso fuese así ¿Por qué usted me invito a esta fiesta de compromiso? En la cual no debería estar.

-Usted lo dijo, no debería. La razón por la que está usted acá, es para que con sus propios ojos vea que mi hijo es un varón al que no vendrá a corromper, y discúlpame Yamaguchi, pero su hijo solo le ha traído problemas al mío. No me equivoque al pensar, y al decirte -Gira levemente la cabeza para dar un rápido vistazo a papá, regresa sus ojos a los míos – Qué el problema siempre ha sido Tetsuhiro.... Desde el principio

-Soujin... - Papá intenta defenderme, o, mejor dicho, defender su orgullo, pero no tiene como sabiendo la verdad que tontamente confesé. Aprieta los labios, molesto, sin agregar nada más.

Le está dando la maldita razón, y me jode más saber que, de hecho, la tiene.

-Eso es... -A punto de intentar defenderme, una voz femenina se une. Volteo la cabeza a mi izquierda, Matsuda coloca su mano en mi hombro.

R E B O R N • Koisuru BoukunDär berättelser lever. Upptäck nu