EL CAMBIO DE JUEGO

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ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES (Capítulo 9)

Los días siguientes esperé a ver a Israel por el vecindario, salía a jugar casi todas las tardes con la esperanza de verlo, llegó el día de mi cumpleaños número seis, usé un vestido muy bonito de olanes y encaje, calcetas con encaje y zapatitos de charol, me hubiese gustado invitar a Israel pero no sabía dónde vivía, Marleny y Edgar vinieron a mi fiesta, eran muy cariñosos con Jesse y conmigo, jugaban mucho con nosotras.

Ese día Marleny nos invitó a que fuéramos a su casa a jugar, ella era maestra y tenía muchos juegos y libros para colorear, o al menos eso dijo, yo me emocioné, me encantaba colorear, me fascinaba aprender cosas nuevas.

Al siguiente día, Jesse y yo pedimos permiso a mamá para ir a jugar a casa de Marleny y Edgar, mamá confiaba mucho en Marleny ya que era hija del señor que compraba los muebles de papá, además de ser cristiana, y Edgar era de una aldea cerca de nuestro pueblo, Coronada arriba, se llamaba dicha aldea, y al parecer venía de muy buena familia, así que día a día Jesse y yo íbamos a jugar a su casa, Marleny nos daba libros y también plumones para poder pintar, nos daba galletas y jugos, las tardes en casa de los recién casados eran muy entretenidas.

Hasta ese viernes por la tarde, llegamos a jugar a casa de los recién casados, pero Marleny iba corriendo a toda prisa, que iba a cubrir el turno de una compañera en su escuela, —Lúa, Jesse, pueden quedarse a jugar, yo voy saliendo pero Edgar se está bañando y él va jugar con ustedes, mientras tanto entren a la habitación y vean televisión — dijo Marleny muy sonriente.

Entramos a la habitación, encendimos la televisión y nos sentamos en la cama a ver caricaturas, pasados unos quince minutos entró Edgar con una toalla en la cintura.

—Hola Jesse, Hola Lúa, hoy vamos a cambiar un poco el juego, iremos a la otra habitación, primero Jesse y después irás vos Lúa— dijo.

Sentí un escalofrío extraño en mi espalda, algo me decía que algo estaba mal y yo tenia que proteger a Jesse.

—No, dejemos a Jesse ver caricaturas, yo jugaré con usted— dije.

Edgar me tomó de la mano, —aquí nos esperas Jesse— dijo.

Jesse estaba tan encandilada viendo televisión que ni siquiera volteó a vernos, llegamos a la otra habitación, él entró primero, y en cuanto entré yo, cerró la puerta, me tomó de la cintura, me cargó, me llevó a la cama, me acostó en ella, subió mi vestido y bajo mi ropa interior, yo sabía que eso no estaba bien, pero tenía tanto miedo, no sabía que hacer o decir, él acercó su cara a mi entrepierna, e inhaló profundo, pasó su lengua, y yo empecé a sollozar.

—Sssh, guarda silencio o voy por Jesse, y de esto no puedes decir nada o tu hermana va morir— dijo.

Me quedé callada, él me sentó a la orilla de la cama, quitó la toalla, y estaba solo en ropa interior, un bulto prominente se notaba, yo no sabía que era, el tomó mi mano y la llevó al bulto, yo la jalaba, no quería tocar.

—My pretty Girl toca, va a gustarte, I know, princess— dijo, no entendí nada de lo que dijo, pero bajó su ropa interior y vi, me asusté mucho, él empezó a jugar con las ondas de mi cabello y acercó mi rostro a su pə-nə.

—Chupa como si fuera Candy— dijo.

Yo no quería, mis labios razaron su erección y él gimió, yo temblaba.

De pronto todas las cosas que habían en la habitación empezaron a volar por todo el aire y caían al suelo, él se asustó y me soltó, yo salí corriendo, fui a la otra habitación, tomé a Jesse y salí corriendo de ahí.

Vaya sorpresa la mía al chocar de frente...

Continuará...

- Lissbeth SM.

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