NO TE VAYAS PAPÁ

228 22 0
                                    


ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES (Capítulo 18)

NARCISA

Lúa y Jesse tenían la costumbre de llevar un vaso con agua a su habitación, por si les daba sed en la noche, en su habitación también se guardaba el costal que contenía el frijol, esa mañana mientras barría la habitación, con la escoba volteé el vaso con agua, mojando el frijol así que inmediatamente moví el costal y sentí un fuerte dolor en vientre, no dije nada, salí hacia el baño y estaba sangrando, sentí un dolor en el pecho, así que avisé a Moisés, inmediatamente fuimos al hospital, donde confirmaron que estaba embarazada y había sufrido un aborto, yo no sabía que estaba embarazada, me sentí tan triste, tan culpable por mover ese frijol, pero es que yo no sabía, en verdad no sabía, me internaron para realizarme el legrado.

Después de eso el Médico me dijo que podía quedar embarazada otra vez, que tenía que esperar un año y medio, indicación que no obedecí porque me sentía triste por todo lo que había pasado cuando perdí al bebé, unos cuantos meses después estaba embarazada, mi embarazo me hacía feliz, me sentía plena, pero con dos hija y otro bebe en camino nuestra situación económica iba en picada, estábamos empezando a tomar de nuestros ahorros para lograr solventar nuestros gastos, por lo que empezamos a hablarlo Moisés y yo, y llegamos al acuerdo se iría a Estados Unidos en busca de nuestro sueño americano.

LÚA

Me despertaron los llantos de mamá, ella y papá susurraban, me levanté y fui hasta su habitación, hablaban muy bajito pero alcancé a escuchar papá se iría de "mojado" a Estados Unidos, sentí una presión en el pecho, sentía miedo, quería gritar que no se fuera, pero no hice nada, me metí a la cama y cerré los ojos, recordaba todos los sábados cuando se iba a comprar madera y regresaba ya entrada la noche, con un chocolate en cada bolsa de la camisa, uno para Jesse y otro para mí, no quería dejar de recibir ese chocolate, ya no habrían desayunos en familia, ya no seríamos una familia, pasaron los meses, la pancita de mamá crecía y crecía, tenía casi ochos meses de embarazo, cuando el día se llegó, papá se iría, dejándonos solas, nos levantaron en la madrugada, oramos, pidiendo a Dios que cuidara y guiara el camino de papá, papá y mamá se abrazaron, los dos lloraron, luego se despidió de nosotras y cruzó la puerta que daba hacia la calle, en cuanto la puerta se cerró, el mundo se nos vino encima.

Los días pasaban, y mamá no hacia otra cosa que llorar, no comía, no bebía nada.

Una día por la tarde salió a sentarse a la acera en la calle, salimos con ella, a lo lejos se acercaba un cortejo fúnebre, mamá no se movió hasta que pasó, en cuanto pasó entró a la casa y lloraba a gritos, yo no entendía, y me preocupaba.

—Mami, ¿usted conocía al señor que murió?— Pregunté.

Mamá, negó con la cabeza, entonces entendí que al no saber nada de papá, ella creía que papá estaba muerto, llevaba un mes en camino y aún no sabíamos nada de él, pasó mi cumpleaños número 8, no hubo pastel, no hubo fiesta, nada, mamá estaba triste, ya casi no había dinero y tampoco comida.

NARCISA

22 DE AGOSTO DE 1993

Me despertaron los dolores de parto, el bebé estaba por llegar y yo seguía sin saber nada de mi esposo.

Continuará...

- Lissbeth SM.

ENTRE SUEÑOS Y REALIDADESWhere stories live. Discover now