CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS

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ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES (Capítulo 17)

Sentí paz, por un momento sentí paz, el agua me cubrió por completo, me dejé llevar por la corriente, olía a rosas, escuchaba el canto de los pájaros, el sonido del río llevándome, dejé de sentirme sucia, el mal olor del sexo de Edgar ya no estaba presente, ya no sentía mi piel llena de sus huellas, ya no tenía conciencia de nada, mi alma estaba en paz, el estado de relajación era máximo.

—No podemos permitirlo—

—Alguien ayúdele—

—Nos está escuchando—

—Si, abrió sus ojos bajo el agua, pero al parecer ya no tiene fuerzas—

—¡Es solo una niña!—
—¡Yo quiero jugar con ella a las escondidas!—

Escuchaba infinidad de voces, abrí los ojos y a las orillas del río habían infinidad de personas, niños, niñas, mujeres, hombres, ancianos, perros, gatos, todos me veían, murmuraban entre ellos, ¡yo podía verlos y escucharlos hablar de mí!

¡Me veían con lastima! Siempre he odiado que me vean así, ¿por qué me ven así? ¿Acaso no se dan cuenta que puedo verlos y por alguna razón escucharlos?

Oh Dios mío esa voz, esa voz la conozco, es, es, es...

—Dejen de verla y saquenla, que alguien la saque por Dios, Lúa, Lúa, Lúa, ¿qué estás haciendo?—

Israel se había lanzado al agua, sentí como sus manos me tomaron fuerte las mías y me jalaba, pero se le dificultaba, porque el agua estaba corriendo fuerte, logró llevarme a la orilla, y cayó rendido al lado mío, mientras yo tosía y escupía agua.

Me tapé la cara, sentía mucha vergüenza de verle.

Me senté y le di la espalda, escuché como se puso de pie y sentó frente a mí, quitó mis manos de mi rostro, hizo a un lado mi cabello mojado y deslizó las yemas de sus dedos por mis mejillas, con tanta ternura, que logró que yo abriese mis ojos.

—Por favor, no me veas— musité.

—¿Por qué estás así conmigo? No querés ni verme, no querés que te toque— Preguntó de una manera tan noble y tierna.

—Tengo vergüenza por como me viste, pero te juro que yo no lo provo...—

—Shhh, se que no es tu culpa, por eso fui a ayudarte, no tenés porque estar así conmigo, ahora te veo con más cariño que antes, yo no voy a dejar que te lastimen, siempre estaré para vos, te lo prometo, Lúa— dijo abrazándome.

Rompí en llanto.

Isarael se puso de pie, me dio su mano, la tomé, vi hacia todos lados, ya no veía, ni escuchaba a las personas que creí estaban a la orilla del río.

UN AÑO DESPUÉS

El año que pasó, fortaleció mi amistad con el Israel, pero mi vida estaba por dar un giro totalmente diferente, y eso haría que el dolor se instalara en mi familia.

Continuará...

- Lissbeth SM.







ENTRE SUEÑOS Y REALIDADESWhere stories live. Discover now