VETE CON EL OTOÑO

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ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES (Capítulo 42)

—Lúa, debes soltar a Danny, debemos llamar a la policía, estamos en una escena del crimen, esto no es correcto —dijo Ismael.

Volteé a verlo con coraje, —¿cómo quieres que la deje? Se la van a comer las hormigas y luego van a llevarla a esa plancha fría de la morgue, Danny siempre fue muy friolenta, siempre andaba usando camisetitas de cuello alto, y buscaba abrigos, yo no puedo dejarla sola —dije entre sollozos y lágrimas, sin soltar la mano de Danny.

—A ver Lúa, ¡ya, ya basta! Deja el drama, estás como loca por la muerte de una niña que ni siquiera conocías, ¡como siempre exageras todo! No sé si es tu forma de llamar mi atención y la de los demás pero en verdad es cansado, es que es ilógico que sientas tanto por una niña tonta que acabas de conocer, ya deja el show, ya todos te vimos, te amo, pero es cansado tener que lidiar con tus dramas exagerados por cualquier cosa —dijo Israel en tono autoritario.

—Israel, ¿qué te pasa, por qué le hablas así a Lúa? —dijo Blue, limpiando las lágrimas de su rostro.

Me puse de pie, limpié las lágrimas, me acerqué a él, —que impresionante es verte sacar las uñas, amorcito —dije, viéndole a los ojos sin bajar la mirada.

—No amor, es que no es eso, solo me preocupas y quiero que estés bien —respondió, intentando tomar mi mano, no lo permití.

—Ismael, deme el móvil por favor — dije, ya son dolor en la voz, Ismael se acercó a mí, me dio el móvil, marqué el número de la policía y sin dejar de ver a Israel, les dije todo lo que pasaba.

La policía no tardó ni treinta minutos en llegar, pronto todo el lugar estaba lleno de cinta amarilla, policías, detectives, forenses, intentando saber que había pasado con Danny.

Yo observaba todo desde un pequeño cúmulo de tierra, me dolía el corazón, el alma el pecho, la escena era desgarradora, es como si la naturaleza le dijera adiós a la pequeña Danny.

De una mano me tomaba Ismael, y de la otra Danny, pero nadie lo sabía.

Los rayos de sol pegaban directamente en esas pupilas verde oliva sin vida, la hormigas formaban caminitos guiándose por sus pequeñas pecas, las hojas del otoño crujian con el andar de aquellos extraños que tomaban mechones de su cabello y acariciaban su piel sin permiso alguno, sobre el pasto verde el pequeño cuerpo sin vida de aquella niña que me había dado más que todo, esa niña que juré proteger, y que absurdamente había abandonado a su suerte por un amor que no valía la pena, ¡herí a Danny! La herí aún cuando le prometí no hacerlo, hice con ella lo que hicieron todos los que entraron a su vida antes que yo, ¡la traicioné! Pero de algo estaba segura mi traición también me había quitado la venda de los ojos.

Y con la vida de Danny también se había ido mi maldito amor por Israel, pero nunca iba a perdonarme lo que hice, necesité ver el cuerpo sin vida de mi mejor amiga, para entender que yo amaba un poco de arena movediza, y que sin darme cuenta me estaba ahogando al menor de los movimientos.

—Perdóname, perdóname, perdóname, perdóname —susurraba, mientras esperaba que la policía dijera algo, Danny no soltaba mi mano.

—Ya deja de culparte, todos aquí sabemos que no fue tu culpa, ¿cómo ibas a saber que si la corrías iban a asesinarla? — dijo Ismael.

—Debí imaginarlo, los Cones e Ivanna le temían, Danny tenía el mismo don que yo, así que le era útil a Ivanna —dije.

—Útil no, peligrosa querrás decir —corrigió Ismael.

De Israel no habían rastros, se fue porque según yo hacía dramas, y me estaba dejando sola en una de mis peores momentos, y todo lo que yo hacía era por él y para él.

Tanto me pidió que no lo abandonara y él me abandonaba cuando se le daba la gana, ¿cómo pude estar tan ciega, cómo fue que no vi esto antes?

Uno de los detectives se acercó a nosotros.

—¿Qué parentesco había entre la occisa y ustedes? Porque hasta donde tengo entendido era huérfana —dijo.

—Soy su hermana —respondí.
—Es imposible, como ya le dije tengo entendido que era huérfana —agregó.
—Usted no me entiende ella y yo no éramos hermanas de sangre, éramos hermanas de corazón, de esas que se eligen, nacimos de distintas madres, pero nos abrazamos con el alma, ella era mi hermana, y lo será siempre, porque el corazón no entiende de parentescos de sangre y cuando las almas vibran no hay fuerza humana que haga que se separen —dije.

—Entiendo, entonces tengo que decirle que su hermana fue asesinada, fue asfixia por inmersión —dijo el detective.

—Eso no puede ser, ella tiene sangre en su cuerpo y ropa —dije.

—Señorita, es que no sé como decirle esto, pero... —el detective hizo una pausa larga e inhaló.

—¡Ya dígalo, solo dígalo! —supliqué.

—A su hermana le cortaron la lengua, antes de que la ahogaron en el río —dijo.

Las palabras entraron a mis oídos y fueron directo a mi tórax, me desarmaron el pecho, mi corazón explotó cual bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, llevé las manos a mi pecho el dolor me derribó al suelo, no podía respirar.

—Luá, Lúa, por favor, trata de soportar —repetía Ismael.

Quité las manos de mi pecho, las llevé al suelo, y tomé puñados de tierra, levanté la vista, el detective se alejaban.

Vi a Ismael, —le cortaron la legua para que no dijera nada, para que no hablara, pero te juro que voy a ser que cada hoja que cae de los árboles hable por Danny —dije, tomando del dolor el coraje para no dejarme caer.

Vi cuando metían el cuerpecito de Danny en una bolsa de plástico.

Le di la espalda, y caminé lentamente, no sentía donde estaba parada, parecía o yo sentía que caminaba sobre algodón, no sentía el suelo.

—Vete con el otoño, Danny, te prometo que te traeré en primavera —dije.

Continuará...

- Lissbeth SM.

ENTRE SUEÑOS Y REALIDADESWhere stories live. Discover now