ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES

¡TE ODIO, HERMANO!

ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES (Capítulo 29)

—Mamá él no es Israel, es su hermano gemelo Ismael, y es mi compañero de clases —dije.

—Perdone señora por no sacarla de su error, es que no quise ser grosero —respondió rápidamente mamá.

—No, no sé preocupen, creo que esto es normal cuando de gemelos se trata, pero 5e quedas en tu casa —dijo mamá, dejándonos solos en la sala.

—¿Qué pasó, cómo supiste dónde vivo? ¿A qué viniste? —Pregunté.

—Me dijiste que has visto a mi hermano gemelo, muerto, no podías esperar que yo me quedara tranquilo, como si nada —respondió.

—Pues si, pero no entiendo ¿qué haces aquí? ¿Por qué viniste a buscarme? Pudiste esperar a que llegara a la escuela, ¿no crees? —yo estaba molesta, estaba siendo grosera.

—Lúa, de eso también quiero hablarte, las cosas en la escuela se podrán difíciles, porque por todo lo que pasó ayer, todos te dicen la loca, y van a atacarte, lo sé por Alexandrina, mi novia, ella me contó que planean hacerte la vida de cuadritos —dijo.

—¿Debo agradecerte por venir a decirme que tu novia me va atacar? Por Dios Ismael, deberías abrir los ojos y ver con que clase de mujer tenés un noviazgo, ahora si me disculpas tengo cosas que hacer, vete —dije, poniéndome de pie y dándole la espalda.

—Quiero verlo, hablar con él, por favor ayúdame —dijo, su palabras taladraron mi corazón, ¿cómo iba a decirle no? ¿Cómo podía negarme a ayudarlo?

Me congelé, me sentí angustiada, no sabía que decir.

—Ok, espera acá a que tome un baño, me ponga el uniforme porque así al terminar con esto nos vamos a la escuela, déjame decirle a mamá que tengo que ir a hacer unas tareas con vos —respondí.

Él asintió.

Me dirigí a la cocina le expliqué a mamá lo que pasaba, no tuvo objeción alguna, me bañé y cambié rápido, tomé mis cosas y salí de casa con Ismael, no hablamos en todo el camino, él solo me seguía, lo llevé a mi lugar seguro, sabía que ahí estaría Israel.

Desde lo lejos le vi, estaba sentado lanzando piedras al río, en cuanto nos vio, desapareció y apareció al lado mío.

—¿Por qué haces esto? Trajiste a alguien más a un lugar que es solo nuestro —reclamó, pude escuchar dolor en su voz.

—No es cualquier persona, es tu hermano gemelo, míralo bien — respondí.

—¿Perdón? ¿Dijiste algo? —Preguntó Ismael.

—Es tu hermano, está aquí — dije.

Ismael, se paró, se me quedó viendo incrédulo, es como si el esperase que yo le pusiera pretextos para no llevarlo con Israel, creo que muy en el fondo él pesaban igual que mis otros compañeros de clases, que yo estaba loca.

—Por favor no te niegues esto, es tu hermano, estuvieron juntos desde el vientre de su madre — supliqué.

—No, él no es nada mío, Blue si es mi hermana, es a la única que quiero, no quiero hablar con este chico que parece fotocopia mía —respondió Israel, desapareciendo.

—Hazlo por mí —dije.

Ismael me veía asombrado, y sin previo aviso Isral me tomó de la mano, quedando los dos frente a frente, Ismael no pudo con la impresión, caminó hacia atrás, se enredo y cayó sentado, Israel le brindó una mano para ponerse de pie, sin soltar la mía, yo empezaba a sentirme cansada.

—Aquí estoy, existo, y si tenés algo que decirme, decilo porque Lúa se está quedando sin energía y no quiero causarle daño, sin ella de por medio no podrás verme, ni escucharme —dijo Israel.

Ismael se puso de pie lo vio a los ojos, pero algo raro había en su ojos, lo veía con, ¡Dios mío lo veía con coraje!

—Te odio, te odio con todo mi ser, por tu culpa mi familia se vino abajo, se destruyó, mamá es alcohólica por el dolor que le causó la muerte de su niño, y papá se la viví en el trabajo para olvidar que te perdieron, se olvidaron de mí por tu culpa, ¡te odio! —gritó Ismael, dándole un puñetazo en la cara a Israel.

Israel cayó al suelo, saltándose de mi mano.

—¿Por qué has hecho esto? —grité, con lágrimas en los ojos.

—Vete al carajo junto con ese muerto de mī-ər-dā —gritó, empujándome también a mí.

Continuará...

- Lissbeth SM.