POR FAVOR NO TE VAYAS

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ENTRE SUEÑOS Y REALIDAD (Capítulo 32)

Intenté tragarme el nudo que sentía en la garganta, tomé mi uniforme, lo metí a mi mochila y sonreí viéndole directamente a los ojos.

—¿Sabés prefiero mil veces ser una gorda sin forma a tener un corazón podrido y un alma de mierda como la tuya, y ahora entiendo el que tu mamá sea borracha y tu papá viaje todo el tiempo, es más que obvio que estás para evadirte, porque no quiero imaginar el dolor que debe ser para ellos haber pedido al gemelo bueno y que se quedara el defectuoso, que desperdicio de aire, de latidos, de todo, mira que la vida es una porquería, dejarte respirando a vos en lugar de Israel —dije, alzando una ceja.

Para cuando terminé de hablar Ismael precia un toro embravecido, y saltó encima de mí, tomándome del cuello y presionado mi cuerpo contra la pared sentí miedo, pero no lo demostré.

—¿Qué, vas a golpearme? Vamos hazlo cobarde, te encanta hacerme sentir mal por mi físico, al parecer me odias, no se porque, pero tampoco me importa, pero conozco los hombres como vos, solo buscan hacer daño porque se sienten más, solo porque son agraciados físicamente, y si Ismael, sí, sos muy guapo, pero ese es tu premio de consuelo por ese corazón que en realidad es un pedazo de estiércol —dije, sonriendo.

No respondió, solo llevó sus labios a los míos, y me besó, sin decir nada me besó.

Intenté soltarme peso no pude, era como besar a Israel, pero se sentía tan distinto, no se sentía la magia que sentía con Israel, pero si podía sentir el calor de su labios, de su respiración, de su cuerpo, así que dejé de poner resistencia al beso, me dejé llevar por él, Ismael bajó sus manos a mis pechos y no lo detuve, nuestras respiraciones empezaron a agitarse.

—¿Qué carajos haces besando a la masa amorfa esta —gritaron.

Nos soltamos inmediatamente, era Alexandrina la novia de Ismael y al lado de ella Israel, con el rostro inundado de dolor, al ver que lo vi, desapareció.

—Israel —grité y salí corriendo tras él.

—Lúa, no te vayas —gritó Ismael.

—Deja que se vaya, si es que no quieres perderme —dijo Alexander tomándolo del brazo.

Poco me importó eso, corrí hasta la terminal se autobuses, tomé el primer autobús, el camino a mi pueblito se me hizo eterno, bajé y corrí al lugar que teníamos él y yo, no estaba, yo lloraba desconsolada, pero no sabía que hacer, gritaba, lo llamaba, nada funcionó.

Hasta que apareció Blue.

—Lúa, no sé qué pasó pero detenlo, está en nuestra casa, va entregarse a los Cones —dijo.

Se me congeló el cuerpo, no dije más y salí corriendo, llegué y toqué la puerta, no me abrió, di la vuelta muy rápido, y rompí el cristal de la ventana, entré a toda prisa, sentí un pequeño ardor pero no tomé importancia.

Israel, estaba parado en medio de la sala.

—Estoy listo, vengan por mí  —dijo.

—No, mi amor no lo hagas —grité.

ISRAEL

Ver a Lúa besarse con mi hermano, me rompió el corazón, cualquiera diría que el corazón de un muerto no puede romperse, pero yo estaba muerto y Lúa lo acababa de romper, así que decidí irme, porque ya no podía morir y verla con mi hermano me calcinaba.

Llamé a los Cones para vinieran por mí.

—No, mi amor no lo hagas —escuché, era ella, era su voz, era Lúa.

Volteé y verla y estaba totalmente bañada en sangre y después de gritarme, se desvaneció.

Continuará...

- Lissbeth SM.

ENTRE SUEÑOS Y REALIDADESWhere stories live. Discover now