28. Capítulo especial

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—Es tan lindo que no puedo dejar de mirarlo. — dijo Heejin, mientras acariciaba el conejo que Hyunjin le regaló.

—Lo mismo me pasa contigo. — soltó Hyunjin.

La mayor no hizo más que sonrojarse, Hyunjin siempre la hacía sentir bien hasta con el cumplido más "simple".

—¿Sabes? Si sigues siendo así de linda te besaré.

—Sólo hazlo y ya.

Hyunjin se acercó a la mayor y unió sus labios en un dulce beso. Se mantuvieron unos minutos entre besos hasta que Heejin se separó para asegurarse de que no había perdido al conejo de nuevo.

—Haseul tiene razón, si tenemos un hijo, también lo perderemos.

—Claro que no. No podemos perder a nuestro hijo, Heekki.

Luego de unos minutos en silencio, Heejin se atrevió a preguntar por el estado de Hyunjin respecto a la noticia de que Haseul se iba.

—Sobre lo de Haseul, ¿cómo estás?

—Mal. Todavía no se va y ya la extraño.

—Hay que impedir que se vaya.

—No podemos. Ella no dudó ningún momento en decir que sí a la propuesta de irse. Como sus padres casi nunca están, la convencieron diciéndole que la oportunidad de mudarse los uniría más.

Heejin se sentó en el regazo de la menor y con su mano levantó el mentón de la más alta para unir levemente sus labios, luego la miró directamente a los ojos.

—Por más que no queramos que se vaya hay que apoyarla, como ella siempre ha hecho con nosotras.

Hyunjin asintió mientras se aferraba a la cintura de la mayor en un abrazo, lo único que podía mantener a Hyunjin estable, era Heejin.

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—¿Te pasa algo, Kimmie? — Jinsoul preguntó.

—No, nada. Es sólo que lo de Haseul... ya sabes.

—¿Segura? Sé que lo de Haseul te tiene mal, pero desde que regresaste de ir a ver a tu mamá has estado algo rara.

Jungeun se acercó a Jinsoul y la abrazó, aspirando el olor de su cuello donde dejó un camino de besos que luego subió por la mandíbula de la mayor. Cuando llegó a sus labios, habló sobre ellos.

—Mamá siempre dice cosas que me desconciertan, no es nada.

Y la besó. Avanzando hacia la cama de la rubia para recostarla con suavidad y luego posicionarse sobre ella. Jungeun volvió sus besos al cuello de la rubia dejando una que otra mordida.

—Mi madre dijo algo también. — soltó de repente, logrando que la castaña detuviera sus acciones.

—¿Algo cómo qué?

—Dijo que me dirías algo importante en no mucho tiempo. ¿Lo dirás ahora?

—No tengo nada que decir.

—¿Es sorpresa?

—No. Jinsol, en serio no tengo nada que decir. Más bien es algo que nuestras familias quieren que diga.

—¿Es grave? Pareces algo molesta por ello.

—No, no es grave pero si es muy importante. Por eso quiero decirlo cuando de verdad sea mi decisión, cuando sienta que es el momento de decírtelo.

—Dime ahora.

—No. — levantó un poco la voz e inmediatamente se arrepintió por eso. —Lo siento, no quise levantarte la voz.

—¿Es algo que si quieres decir pero no ahora... o es algo que no imaginaste conmigo?

—¿Qué quieres decir?

—Que creo haber escuchado "No quiero casarme con Jinsol" salir de tus labios.

Jungeun suspiró, por un momento sintió la necesidad de golpear su cabeza contra la pared mientras se repetía que era una idiota. Porque ahora que lo pensaba, la manera en que dijo aquello sonaba a como si no amara tanto a su novia como para querer casarse con ella.

—Quieren que nos casemos para su beneficio. Si dije que no quería hacerlo fue por eso, no porque no me imaginara un futuro contigo como mi esposa. Podría casarme contigo en este momento si no tuviera nada que ver con dinero.

—Lo siento.

—¿Por qué?

—Fue mi idea, casarnos fue mi idea.

—¿Qué?

—Mi padre dijo que la empresa no estaba en buenas condiciones y que estaba pensando en pedirle ayuda a tu papá pero que le daba vergüenza. Así que yo hablé con tus padres y les dije que me quería casar contigo y ellos simplemente dijeron que sí sin dudarlo.

—Nos querían usar, Jinsoul. Mis padres dijeron que sí porque nuestra empresa tampoco está en su mejor momento.

—¿Tus padres quieren el dinero que los míos tampoco tienen?

—Exacto.

—¿Que tan mal debe estar la situación como para que tuvieran que recurrir a que nos casáramos?

—No lo sé. Es decir, ni siquiera sabían que estaban en igualdad de condiciones.

—¿Y si los estafaron?

A Jungeun no le dio tiempo de contestar, ya que su celular comenzó a sonar. Era Yves.

—Haseul se va a ir. Ella ya está en el aeropuerto. — fueron las palabras que escuchó apenas contestó la llamada.

—¿Qué? Dijo que se iba después de la fiesta.

—Pues hubo un cambio de planes y se va ahora. Vamos camino al aeropuerto, no tardes.

Y cortó la llamada.

—¿Pasó algo?

—Hubo un cambio de planes y Haseul se va hoy. Tenemos que ir al aeropuerto ahora.

We'll see [Loona]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora