52. Adoptemos

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—¿Qué te parece este? — preguntó señalando un vestido color coral. —¿Ranita?

—Es lindo. — apenas y le dio un vistazo.

—¿Sigues molesta por lo de las respueata robadas? Yeo, lo siento, no lo volveré a hacer. Y además, no reprobé mis exámenes.

—No es eso, no estoy enojada.

—¿Entonces qué te pasa?

—Es sólo que me da algo de nostalgia que ya estemos a casi nada de la graduación.

—Es verdad, será en tres meses.

—La mitad de nosotros se gradua este año.

—Sí, que suerte, nosotras todavía debemos de esperar un año.

—¿Sonará exagerado si digo que no quiero que se graduen, y que tampoco quiero que llegue nuestra graduación?

—Un poco. — acomodó un mechón de cabellos detrás de la oreja de la menor. —¿Por qué te sientes así? Ya te has graduado antes.

—Y cuando lo hice, dejé de ver a personas que fueron importantes para mí en su momento.

—Sí eso es lo que te asusta, entonces no tienes nada de que preocuparte. Nuestro grupo de dieciséis locos seguirá igual de unido que siempre. — le aseguró con una sonrisa.

—¿De verdad?

—Claro, si no vivimos juntos es porque terminaría siendo un desastre, pero no nos separaríamos. Así que no pienses en eso y mejor vamos por un helado, ¿bien?

—Sí. — se colgó del cuello de la más alta y ésta se inclinó para besar sus labios. —Yerim. — habló entre el beso.

—¿Mmh?

—Detente, estamos en una tienda.

—Bien. — se separó de la rubia. —¿Podemos dormir juntas hoy? — propuso.

—No, tú quieres sacar provecho de eso. — la empujó levemente.

—Claro que no. — hizo un puchero.

—Te conozco, Choi. Te quedarás conmigo, serás cariñosa y luego terminarás cumpliendo tu cometido.

—Lo dices como si no te gustara. Pero sólo para que lo sepas, si planeaba solamente dormir contigo, sin segundas intenciones.

—Lo pensaré. — Yerim hizo una mueca de decepción, pero sabía que si le insistía, no tendría una respuesta positiva.

—Bueno, ya vamos por el helado. — entrelazó su mano con la de la menor y salieron de la tienda de ropa en la que estaban.

Fueron a la heladería más cercana y luego de comprar sus tan deseados helados, caminaron con dirección al parque.

—¿Y si tenemos un hijo? — preguntó Yerim.

Yeojin casi se ahoga con su propia saliva al escuchar aquello, un sonrojo apareció en sus mejillas y miró a la mayor con clara sorpresa.

—¿Qué? Quieres... ¿quieres que tengamos un hijo? — Yerim asintió.

—¿Que te parece un perro? — preguntó y luego comió de su helado. —Un gato no, Hyunjin querrá quitárnoslo.

La menor soltó un suspiro de alivio, se imaginó otra cosa.

—Ah, eso. ¿No era más fácil decir que tuviéramos una mascota? Por un momento pensé que de verdad hablabas de un bebé.

—Sí también. — se sentaron en el pasto del parque.

We'll see [Loona]Where stories live. Discover now