We'll see [Loona]

47. Admito que me gustas

—¿Cuánto tiempo tienes planeado seguirme? — preguntó, deteniendo su paso, pero sin voltearse a ver a la persona que la seguía.

—No te seguía, vigilaba que llegaras bien a casa. — respondió el castaño mientras se acercaba a ella.

—No necesito una niñera, Yeosang. — le dijo Chaerin. —Puedo llegar a mi casa completamente ilesa.

—Es sólo que me preocupo por ti. — admitió.

—¿Por qué? — el chico se encogió de hombros.

—Si te lo digo no me vas a creer.

—Entonces déjame en paz. — retomó su camino y Yeosang la siguió de cerca.

—¿Hyunjin te dijo que te alejarás de mí?

—Dijo que tuviera cuidado contigo, porque no confía del todo en ti y porque antes has intentando arruinarles la vida. Y como confío en ella, seguiré su consejo.

—¿A ti te he hecho algo malo? — Chaerin negó. —Ahí está. Ya te lo dije, sólo me preocupo por ti. Por más raro que te suene.

—¿Los seguirás haciendo? ¿Molestarlas?

—No. Nunca quise hacerlo.

—Uy sí, que creíble. — Yeosang sonrió por el sarcasmo de la menor.

—Parece mentira, pero es la verdad.

—¿Cuál es tu justificación?

—Que soy un idiota. — bromeó provocando una sonrisa en Chaerin. —Mi familia. — terminó por decir luego de un minuto de silencio.

—¿Qué cosa? — preguntó confundida.

—Esa es mi justificación. Esa persona me dijo que haría que despidieran a mi papá de su trabajo si yo no accedía a arruinarles la vida a las chicas y me prometió que si hacía lo que él me pedía, me ayudaría a encontrar a mi hermana.

Esas palabras dejaron a la menor sorprendida y sin saber cómo responder, no esperaba que Yeosang le contara el verdadero motivo. Aunque tampoco sabía si lo que dijo era verdad o no, pero no podía negar que las palabras de Yeosang habían sonado sinceras.

—A veces, cuando veo a Seonghwa y a Chaewon convivir, me pregunto si así hubiera sido la relación con mi hermana.

—¿Por qué me lo cuentas?

—Tú preguntaste.

—Es decir, sí, pero... No esperaba que me respondieras.

—Supongo que es mi culpa que el ambiente ahora sea incómodo, lo siento.

—No, no, tranquilo. — dijo y se detuvo en seco al notar que May iba unos metros delante de ellos.

—¿Qué pasa con ella? — preguntó y Chaerin suspiró mirando hacia otro lado. —Claro, si no te molesta hablar sobre eso.

—No pasa nada. Es sólo que hace un tiempo no hablamos. — respondió y ambos continuaron caminando.

—Así que extrañas a tu amiga.

—Sí, pero supongo que tiene todo el derecho a estar molesta conmigo.

—Nada puede ser para tanto.

—¿Se te olvidó que casi le rompí la nariz? Tú la llevaste a la enfermería.

—¿Te disculpaste?

—Debí de hacerlo. Y en su lugar preferí estar con Hyunjin.

—Habla con ella ahora.

—¿Qué? No, ¿cómo ahora?