-Capítulo 21-

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Gotas de sudor le recorren las mejillas, pero Albert apenas se inmuta de ello. Los calambres en el brazo no tardan en aparecer, y muy probablemente tendrá agujetas una vez llegue a casa. Pero ahora, lo que cuenta es el esfuerzo, seguir subiendo y bajando las pesas que tiene en frente. La blusa de tirantes se le pega como una segunda piel, los shorts le resultan molestos y demasiado ceñidos. Los hombros se le quejan y la cintura también.

Veinticinco... Veintiséis...veintisiete...

Le queda poco para llegar a treinta, solo tres repeticiones más y acaba. Pero las manos le tiemblan, y él se desconcentra. No es una buena señal, porque cuando él lo hace recuerda cosas que no quiere y es tan extraño que le ponen los pelos de punta.

—¿Albert, me estás escuchando?— Alguien habla, pero la voz es tan lejana que Albert cree habérselo imaginado. Solo cuando le tocan el hombro derecho y un rostro se hace visible delante de él que se da cuenta de que no son ensoñaciones suyas, alguien realmente le está hablando.— ¿Te pasa algo Albert?— Ojos claros le observan preocupados. Es Marta, hoy lleva el pelo en un moño alto y un poco de maquillaje para esconder las ojeras que viene teniendo estos días.

—Sí, estoy bien.— Es lo que él se digna a decir antes de volver a centrarse en la pesa que tiene delante.

— No pareces bien. — Marta toma distancia sin dejar de mirarlo. Ella también está sudada, pero no como él.— ¿Algún problema con la novata? ¿O el Logo no le gustó al cliente?— Indaga limpiándose la frente con la toalla que siempre lleva al gimnasio.

—¿Problemas en el paraíso?— Isabel se hace oír tras detener la cinta de correr y acercarse a Marta con una botella de agua en manos. Aunque intente esconderlo, la morena también está preocupada por él.

—Por cierto, la loca de aquella vez no ha vuelto a venir ¿No?— Marta se vuelca hacía Isabel un momento con curiosidad,

—¿La negrita?— Isabel frunce el ceño unos instantes y niega con la cabeza.— No la he vuelto a ver desde el incidente de la semana pasada.— Dice haciendo que Albert tiemble antes de él volver a levantar la pesa por trigésima y última vez, dando así por finalizado el ejercicio de hoy.

—¿Tú qué dices Albert? ¿Crees que vendrá?— La rubia vuelve a observarlo en busca de respuestas.

—Creo que es suficiente Gym por hoy.— Con cuidado él ubica las pesas en su sitio y se rasca la parte trasera del cuello en busca de algo con el que distraerse. Marta e Isabel le siguen observando con curiosidad evidente, pero Albert no quiere hablar del tema. Ya no. Después de todo lo ocurrido la semana pasada, el incidente en el Gym, Marcus y...Dona. Él ha sido interrogado por Marta e Isabel en el momento que entró en oficina el lunes, y desde entonces las dos siguen chinchando para sacarle más de lo que él está dispuesto a soltar. — ¿Qué os pasa? Estoy sudando la gota gorda como una perra y necesito de una ducha.— Señala a las dos con una mano en la cintura.— Y vosotras tampoco oléis a rosas.

—¡¿Qué insinúas putón?!— Tanto Marta como Isabel dicen al unísono, ofendidas por lo que Albert está implicando, pero no tardan demasiado en sonreír y seguirle al vestuario para quitarse el calor de encima.

♣♣♣

Auriculares enganchados en el oído con canciones del playlist de YouTube. Olor a humedad y cajas llenas de polvo. Una mesa minúscula y un bocata a medio comer en la punta de la esquina. Dona debería de haberse acostumbrado a su cubículo, pero cada día que pasa no mejora. No empeora tampoco, y eso por lo menos ya es algo.

Algunas veces, como auto reflejo ella echa un vistazo al móvil, a espera de un mensaje que nunca llega o una llamada quizá. Hace años que ella no se siente tan ansiosa por algo que muy seguramente no volverá a ocurrir. Y sin embargo, Dona no puede dejar de revivir el recuerdo de Albert, postrado en aquel sofá, respirando de forma entrecortada con los ojos cerrados mientras intenta volver en sí. Si ella tuviese el móvil a mano en aquel momento, se habría sacado una foto de él. Porque aquella escena era obra de ella, y como autora de tan extraño arte, Dona lo grabaría para la posteridad. La fotografía estaría protegida dentro las recónditas galerías del móvil de ella, en medio a memes pasados de moda y poesías cutres. El escondrijo perfecto para alguien como Dona.

Pero entonces ella también se acuerda de la forma en la que se comportó aquel día, las cosas que dijo, la forma en la que tocó Albert. Y la vergüenza la embarga entera, llegando hasta a sentir repelús de sí misma. Porque Dona nunca antes había sido capaz de decir guarradas de forma tan seguida, poseyendo además, una seguridad que no tiene cabida en ella. Por eso, en parte es un alivio que no haya mensajes en el móvil o llamadas perdidas. Ya que ahora, con la cabeza fría, Dona sabe que no será capaz de mirar a Albert a la cara sin sentir que el mundo se la cae encima de paso. Así que sí, es mejor que todo aquello haga parte del pasado ahora. Los errores solo se cometen una vez, todo lo demás ya es vicio. Blanco y en botella. Y no sería la primera vez que Dona se ve obligada a desintoxicarse de uno. Porque ella conoce por experiencia propia las secuelas de los errores que nunca terminaron siendo solo eso: errores.

La playlist de YouTube se detiene, y Dona deja de divagar para centrarse en el contenido de las cajas polvorientas que tiene sobre la mesa. Ella no tarda en quitarse los cascos y guardar el móvil dentro de la bolsa. Ya no la apetece oír canciones de todas formas.

—Hora de trabajar.— Suspira echando un vistazo dentro de la caja y descubriendo con pesar que aún no ha acabado siquiera una cuarta parte del papeleo que hay dentro. Por lo menos la queda menos de una hora para ir a casa, hoy necesita del descanso.

--------------Notas finales----------------

Buenas queridos lectores.

Espero que el capítulo de hoy haya estado súper. Y para los más curiosos, si entráis a mi Patreon y escogéis el Tier "Mi adorable Friki" tendréis acceso a los siguientes capítulos en formato Word de Fetiche:

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Y ojo, que la distribución de capítulos allá no es igual que en Wattpad. Sin embargo, cada vez que hay actualizaciones yo pongo en comentarios el capítulo equivalente que se mostrará aqui.

¡Nos vemos el próximo día 25!

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