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22 de septiembre, 1977 ━━━━━━━━━━━━━━━ CHAPTER SIX
"Guess you didn't cheat but you're still a traitor"
— ¡No puedo hacerlo! —Sirius retrocedió, dejando a la adolescente en ropa interior— ¡Por Merlín! No puedo.
August, quien se encontraba en el mismo estado anímico que él, exclamó— ¡Jamás te pedí que lo hicieras!
— Eres mi mejor amiga, y el amor de la vida de Remus. —Black seguía parloteando, mientras se colocaba sus pantalones— ¿En qué estabas pensando?
— ¡Tú te ofreciste! —Le grito de vuelta, manteniéndose en la cama, cubriendo su cuerpo con las mantas— ¿Soy el amor de su vida? —murmuró, obligando al moreno a mirarla.
— Le gustas desde tercer año, yo creo que si—balbuceó, intentando no caerse mientras se colocaba los zapatos. — No lo sé, porque ahora esta con Emily, y se ve realmente feliz.
El semblante de August decayó. — Soy una idiota.
Sirius inhalo hondo, y caminó hacia su cama, donde aún se encontraba la morena. — Créeme nadie más que yo, coincide contigo en eso. — Acarició su cabello. — Pero, en estos momentos no eres la culpable.
— ¿Puedes ser mi mejor amigo, y abrazarme? —preguntó, acurrucando su cuerpo entre las mantas con aroma al heredero Black.
— Llenaras de piojos mi cama—bromeó, mientras se acomodaba a su lado. — Todo estará bien, amor. —Paso su brazo por encima de los hombros de August, acercándola más a su cuerpo.
Augustine adoraba saber que podía ser completamente vulnerable frente a Sirius. Él jamás iba a juzgarla, o incluso, dejarla como una exagerada. Tomaría su vulnerabilidad, la partiría al medio, y la compartiría con ella para no hacerla sentirse sola.
— ¿Cómo es que James y Lily pudieron hacerlo? Quiero decir, también eran amigos como nosotros.
Sirius descanso su mentón sobre la cabeza de ella, mientras acariciaba su brazo. — Supongo que ellos no eran tan buenos amigos como nosotros—susurro, sintiendo el cuerpo de la menor relajarse bajo sus brazos.
— Creo que tienes razón—respondió, luego de unos segundos en silencio. — Lamento que hayas cancelado tu cita por mí. —Movió un poco su cabeza, para observarlo.
El pecho del anímago vibro a causa de la risita que salió por sus labios. — Prefiero estar aquí contigo. Siempre. — Se inclinó, dejando un casto beso en su sien.
August sonrió a medias, y se acomodó nuevamente en la cama, dejando que su cabeza descansara en el pecho de su mejor amigo. Se mantuvieron en esa misma posición por varios minutos, simplemente disfrutando del silencio, y la presencia del otro. El sol ingresaba por la ventana de aquella habitación, generando un clima bastante cálido. Afuera se jugaba un pequeño torneo de Quidditch ‒Ravenclaw contra Hufflepuff‒, por lo tanto, pudieron pasar dos horas sin moverse.
Sin embargo, cuando los ojos de August comenzaron a cerrarse somnolientos, la puerta del cuarto se abrió abruptamente, provocando que los dos adolescentes dieran un respingo en la cama por el susto. James Potter los observo en la cama, y antes de que pueda cerrar la puerta, la figura de Remus ingreso a la habitación. Sus ojos recorrieron todo el lugar, encontrándose con el uniforme de August en el piso.
El sentimiento de asco, y odio que sentía en esos momentos, era inexplicable.
— Lunático, no es lo que crees. —Sirius se puso de pie. — De hecho, es una historia bastante graciosa.
— Lamento haber interrumpido. — Lupin miro a August a los ojos. — Buscaré ropa, y puedes seguir cogiéndote a mi mejor amigo.
— No estaba cogiéndome a tu mejor amigo. — La adolescente salió de la cama, sin percatarse de su estado semidesnudo.
— Merlín. — Pettigrew susurro, mirando a su amiga con asombro. — Lo lamento. —Corrió rápidamente la mirada al techo de la habitación.
Remus la miro de pies a cabeza. — Lo que tú digas.
— ¡Bien! ¿Y qué si me lo estaba cogiendo? —August exclamó.
— ¿Oyeron mi nombre? —James hablo. — Creo que Lily me está llamando. Vámonos, Peter.
— Puedes hacer lo que quieras con tu vida sexual, Augustine, pero intenta alejarte de mis amigos. — Remus escupió sus palabras. Deseaba hacerle daño. Quería que sintiera lo que él estaba sintiendo en esos momentos. — No quiero que una mujerzuela arruine mi grupo de amigos.
— ¿Cómo me llamaste? —Evans se acercó hacia él con los puños apretados por el enojo.
— ¿Marlene? ¡Voy! —Sirius exclamó, corriendo fuera de la habitación.
— Ahora todos sabemos que solo te acercaste a nosotros para lograr que Sirius se meta entre tus piernas, pero intenta hacerlo en otro lado, y no me mi maldita habita. —El rostro de Remus giró por el impacto de la bofetada. Sus ojos se encontraron con los de August, y pudo notar como estaba a punto de llorar.
— No vuelvas a faltarme el respeto—masculló, sintiendo su voz temblar. — No después de todo lo que hice por ti.
La morena comenzó a recoger sus prendas, y sin importarle estar en ropa interior, salió de la habitación de los merodeadores, hecha una fiera.
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[primera parte]
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