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15 de enero, 1978━━━━━━━━━━━━━━━CHAPTER THIRTY EIGHT

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15 de enero, 1978
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CHAPTER THIRTY EIGHT





"And I can go anywhere I want
Anywhere I want, just not home"




El Valle Godric era uno de los lugares que August deseaba conocer; su arquitectura, y la historia que acarrea ese pueblo le fascinaba, por supuesto que, le habría gustado visitarlo en circunstancias completamente diferentes. Para cuando Dumbledore le dio la llave de su nuevo hogar, y le repitió por décima vez "nadie entra", la adolescente ya se encontraba hecha un mar de lágrimas. Ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse de sus amigos, ni de su hermana, ni de Remus.

Habían pasado dos días desde el momento en que todo detonó en el mundo mágico, los magos que salían a las calles a protestar por los derechos de los muggles y de los magos nacidos de muggles querían la cabeza de August en una lanza. No les había costado mucho creer en cada palabra que El Profeta decía sobre ella, por lo que, tampoco esperaron mucho en pegar folletos, por todos lados, con su rostro por arriba de la frase "persona no grata".

Pero, también había otro sector de la sociedad mágica, que sospechaba de cada palabra que el Consejo decía; los rumores sobre Tom Riddle queriendo apropiarse del Ministerio habían llegado a muchas personas, por lo que, el mundo mágico estaba fraccionado. Y eso le permitió a August esconderse en ese pequeño pueblo.

Las personas del Valle Godric eran viejos amigos de Dumbledore, que no dudaron ni un segundo en recibirla, y garantizar la mayor protección posible; algo que August consideraba una gran muestra de afecto, sobre todo, en tiempos como estos. Era muy difícil que las personas confiaran en los magos pertenecientes a Slytherin, y ella lo sabía muy bien.

Los ojos de August se encontraban clavados en la televisión del living; se había negado a sí misma escuchar las crónicas del mundo mágico, por lo que, se hallaba mirando una película muggle que localizó en unos cajones. Pero, cuando un ligero golpe en la puerta se escuchó, toda la atención que había logrado obtener, desapareció por completo.

Sus pies se movieron sigilosos sobre la madera del piso, sosteniendo su varita con fuerza −en caso de que debería defenderse−, avanzando hacia la puerta. Un miedo errático la invadió por completo, sin atreverse a mover el picaporte; las posibilidades de que sea su padre no eran muchas, pero existía ese pequeño porcentaje que la tenía paralizada. Él ya hubiese tirado la puerta a patadas, pensó, mientras sus dedos acariciaban el metal de la cerradura.

— Puedo escuchar tu corazón, August. — La voz del licántropo entró a sus oídos como si se tratase de su canción favorita.

— Remus—murmuró, luego de abrir la puerta. — ¿Cómo me encontraste? —preguntó entre lágrimas haciéndose a un lado para dejarlo ingresar.

El mencionado no respondió, simplemente tomó su rostro entre ambas manos, y unió sus labios con desesperación; el miedo de haberla perdido para siempre lo había dejado con muchísima angustia. — Fui llorando con Dumbledore—confesó con vergüenza. — Creí que habías muerto—dijo quitándole pequeñas lágrimas que resbalaban por sus mejillas—, me hizo jurar que no le diría a nadie, tuve que mentirle a los demás. — Siguió dejando pequeños besos sobre sus labios. — Merlín, estás viva.

𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐎 ⸻ Remus Lupin.Where stories live. Discover now