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3 de octubre, 1977 ━━━━━━━━━━━━━━━ CHAPTER TEN
"Don't read the last page but I stay when it's hard or it's wrong or we're mistakes"
August inhaló profundo, sin atreverse a mirar los rostros de sus amigos frente a ella. Aquel miércoles otoñal, la jovencita de Slytherin había decidido decirles la verdad acerca de sus padres biológicos (cosa que la tenía demasiado nerviosa.) Sirius era el único de los seis que lo sabía, y aunque le hubiese gustado mantener su secreto, el anímago la convenció de contarles.
El lema principal entre ellos era no ocultarse nada, y debía respetarlo.
La clase de Posiciones había terminado hacía ya casi cuarenta minutos, por lo que, el grupo de amigos se encontraba sin presiones; podían tomarse el tiempo necesario para hablar, ya que, su siguiente clase era luego del almuerzo. — Adoro el tiempo de calidad que tenemos juntos, pero me pone nervioso que estemos en silencio. — Potter rompió el hielo— ¿Ocurrió algo? ¿Quién murió?
— Es la peor pregunta que pudiste haber hecho en momentos como estos. — Remus murmuró, provocando que Marlene dejase escapar una pequeña sonrisita.
— Nadie murió. — Sirius logró aliviar el ambiente.
— Bueno, alguien en el mundo habrá muerto hoy. — Lily acotó. — Quiero decir, todos los días muere alguien.
— Merlín, nos estamos yendo de tema. — Black volvió a hablar. — August tiene algo para decirnos.
La mencionada, por fin, se atrevió a mirarlos. — Como ya saben... yo soy adoptada. — Los seis adolescentes la escuchaban atentos. — Nunca supe nada sobre mis padres biológicos, hasta hace unos días. — La pelirroja abrió los ojos como lechuza ante aquellas palabras. — Cuando estábamos limpiando la oficina de Minnie... Sirius encontró unos documentos con información sobre nuestras vidas. Fechas de nacimiento, nombre de nuestros padres, todo lo que podrían imaginarse. Creí que la mía estaría con los mismos datos que Lily, mismos padres, pero no fue así. — Volvió a respirar hondo. — Mi ficha tenía el nombre de mis padres biológicos, mi verdadero cumpleaños, mis abuelos, todo.
— ¡Eso es increíble, August! —Marlene exclamó. — ¿No?
— Marlene, cállate. — Black chistó.
— Mi padre es Tom Riddle. — El rostro de los presentes se desencajo por completo. — Soy hija del asesino en serie más famoso del mundo mágico. — Por varios minutos los adolescentes se mantuvieron en completo silencio; ninguno sabía qué decir, o cómo reaccionar. La noticia era muy fuerte. — Quería contarles porque no debemos tener secretos, y era mi oportunidad para decirles que... si quieren dejar de relacionarse conmigo, lo voy a entender perfectamente.
— ¿Bromeas? —Potter fue el primero en hablar. — Siempre hay que tener a los enemigos cerca—bufoneó, sacándole una risita a August. —Hey, serpiente, no vamos a dejar de ser tus amigos por esto.
— Siempre serás mi hermana, August. — Lily tomo su mano con delicadeza. — Me da igual quién sea tu padre. Yo te amo a ti.
— Van a hacerme llorar—susurró la morena.
— ¿Las serpientes lloran? —Marlene preguntó, abrazándola por los hombros.
— Lágrimas de cocodrilo—acotó Lupin.
— Púdranse. —Augustine habló notando la sonrisa cómplice de Remus.
— Dejen a mi hermana en paz, simios. — Evans gateó hacia su lado. — Nos contó algo muy personal, y no debemos humillarla por eso. — Todos guardaron silencio. — Está bien si quieres llorar, serpiente. Que nadie te diga lo contrario.
Una carcajada sonora inundo los pasillos desiertos del castillo— ¡Merlín! Los odio. — August exclamó entre risas. — Ahora, en serio, gracias por apoyarme.
— Te apoyaremos eternamente. — Sirius habló. — Pase lo que pase. — Extendió su meñique. — Para eso estamos los amigos. — Los siete unieron sus dedos en el centro de la ronda, y los enlazaron. — Siempre vamos a estar juntos, ¿de acuerdo? Ni siquiera la muerte va a separarnos.
— Por supuesto que no. — James dijo con obviedad. — Siempre tendremos la Ouija para comunicarnos.
* * *
5 de octubre, 1977
El rostro de Remus se enalteció formando una sonrisa genuina en sus labios cuando descubrió que se trataba de August quien se acomodó a su lado. — ¿Qué tal el entrenamiento?
— Me lastimé un poco, pero extrañaba ganarle a James—confesó, haciendo reír a su acompañante— ¿Y tú cómo estás?
— Bien, luego de Herbología fui a caminar por los jardines con Emily. — Pronunció su nombre en un susurro. — Me dijo que gusta de mí, y me propuso intentar algo... como pareja.
El corazón de la joven empezó a palpitar con nervio, y el licántropo fue capaz de escucharlo; sus sentidos de lobo le permitían percibir cualquier cambio de humor. Sobre todo, el miedo— ¿Qué le dijiste? —Su voz salió débil.
— No le respondí aún, le dije que debía pensarlo. — August lo miro a los ojos, encontrándose con la mirada de él— ¿Qué debo hacer?
— ¿Qué sientes cuando estas con ella? —preguntó, intentando que su voz no se quebrara.
— Siento que puedo ser yo mismo—reveló. — Es graciosa, y le interesa escucharme hablar sobre los libros aburridos que leo. Realmente siento que... me entiende.
Una parte del Gryffindor esperaba que August le dijese que no lo haga que ella también lo amaba como algo más que un amigo. Que ellos deberían estar juntos. Remus la observaba con intranquilidad, tratando de comunicarle que era la última oportunidad que le daba.
Quería gritarle que lo estaba perdiendo, que se estaba cansando de recibir mensajes enigmáticos. Pero, August no lo pudo intuir, ya que, cuando abrió su boca toda ilusión abandonó su cuerpo.
Porque, lo que Remus no sabía, era que Augustine no había oído su confesión durante la discusión con Sirius. En la cabeza de Evans la pequeña esperanza de estar con él había desaparecido por completo.
— Creo que ya sabes la respuesta, entonces. — Sonrió sin mostrar los dientes. — Ve, y dile todo eso.
— Tengo miedo—susurró, mientras arrancaba el césped de la tierra. — Todos aquí piensan que soy un monstruo, y me genera muchas inseguridades saber que voy a salir con alguien popular dentro del colegio.
La Slytherin tomo su mano, provocando que él la mirara. — Eres hermoso, Rem. — Su pulgar acariciaba la piel del joven. — Cualquier persona se sentiría orgullosa de tenerte a su lado, y creo que Emily lo sabe muy bien. No permitas que los demás arruinen esto.
— Gracias, August. — El licántropo sonrió sincero. — Iré a hablar con ella ahora mismo. — Se puso de pie de un salto. — Te quiero. — Beso su frente, y comenzó a alejarse a pasos rápidos.
La morena imitó su acción, pero con mucha más lentitud inició camino hacia su habitación. El único lugar donde podría llorar tranquila.
