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6 de diciembre, 1977 ━━━━━━━━━━━━━━━ CHAPTER TWENTY SIX
"Life gets hard and it gets messed up When you give so much, but it's not enough"
August levantó la vista con miedo, luego de sentir como algunas ramas crujían detrás de ella; sus ojos rápidamente dieron con la figura esbelta de su novio, y todo su sentido de alerta disminuyó. Remus le sonrió a medias, sintiéndose apenado por haberla asustado, y terminó por tomar asiento a su lado.
— ¿Quieres? —Evans le extendió un poco de brownie.
— ¿Los hizo Sirius?
— No tienen marihuana. — Lo tranquilizó. — Slughorn los cocinó.
Remus aceptó el postre con gusto, dándole un pequeño mordisco; la joven se había mantenido observándolo todo el tiempo, intentando dar con las palabras justas. El licántropo terminó de tragar, volviendo sus ojos a su izquierda, donde se hallaba la serpiente mirándolo atentamente.
— ¿Vas a romper conmigo? —preguntó atropelladamente.
Augustine frunció el ceño. — ¿De qué estás hablando, idiota?
— Estuviste ignorándome. Asi que, supuse que querías romper conmigo.
La castaña corrió la vista hacía el lago, sintiendo los ojos de Remus clavados en ella. — No voy a romper contigo, Remus. Estoy demasiado enamorada de ti como para hacerlo. — Se miraron. — Tampoco estuve ignorándote, simplemente quería dejar de estar triste antes de acercarme a ti. No quería cargarte con la culpa.
— De verdad, lo lamento mucho.
— Deja de disculparte—murmuró. — Cuando lo haces siento que eras consciente de lo que hacías y se siente peor. —Remus tomó su mano.
— Lo siento. — August soltó una risita.
— Eres un idiota, ¿lo sabes? —Lupin sonrió a medias. — Pero eres mi idiota. — El cuerpo entero del licántropo se estremeció ante aquellas palabras. — Solo mío. — Una de las manos de August viajó hacia el rostro de él. — ¿Te quedó claro? —Le dio una leve caricia, mirándolo a los ojos.
— Si—respondió con la voz temblorosa.
August sonrió mordiéndose el labio inferior, y fundió sus bocas en un beso. —Dilo de nuevo—ordenó a centímetros de su rostro.
— Soy tuyo. — Evans paso su pulgar por el labio de Remus, y volvió a besarlo. — Siempre seré tuyo.
Una presión sobre el vientre bajo del licántropo lo obligó a soltar un pequeño jadeó, luego de sentir la mano de August sobre su muslo.
