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4 de noviembre, 1977 ━━━━━━━━━━━━━━━ CHAPTER TWENTY
"I think I've seen this film before and I didn't like the ending"
— ¿Estás cómoda? —La voz de su "padre" la hizo emerger de su pequeña burbuja. La adolescente lo observó con ojos fríos, pretendiendo de alguna forma no expresar el miedo que sentía en esos momentos.
Un movimiento en falso, y aquel hombre perturbado podría asesinarla. — Si. — Solo fue capaz de decir.
— Lamento mucho, todo lo que sucedió. — Tom rellenó el sigilo de aquella mansión, por segunda vez.
— ¿El haberme abandonado, o el haberme raptado? —La acusación escapó de su boca.
Una risa siniestra hizo eco por todo el sector, la cual fue acompañada por las carcajadas de los demás presentes; parecía una horrible película de terror, una de muy bajo presupuesto. — No lamento haberte abandonado, niña. — Sus ojos se encontraron con los de su progenitor. — Eres idéntica a tu madre. — Hizo una pequeña pausa para mirarla con atención. — Te habría asesinado en cualquier momento.
August tragó saliva ante su revelación, y optó romper con la guerra de miradas que ambos habían desatado; jamás se había sentido tan atemorizada como en esos momentos. Sus manos temblaban debajo de la mesa y lograba sentir como una molécula de sudor frío resbalaba por su nuca. — ¿Entonces, por qué estoy aquí? Dudo mucho que quieras hacerme una fiesta de cumpleaños.
— Esperaba tenerte en mi equipo. — Aquella frase la hizo estremecer. — Ya sabes, en una guerra siempre se necesitan ojos sobre el enemigo. Tu director, en este caso.
— Prefiero morir antes de unirme a ti, padre—respondió con asco.
La incertidumbre de no saber qué ocurriría a continuación era lo que iba a terminar por liquidarla. Los presentes la observaban en silencio, estudiando cada movimiento, o comentario que realizaba. La lobreguez de aquel cuarto, no ayudaba con sus nervios, era tétrico; pero estaba todo demasiado premeditado. Habían elegido ese lugar para intimidarla, y August pudo ser consciente de aquello en cuanto notó las máscaras que ocultaban sus rostros.
Una enorme mesa cuadriforme la apartaba de su progenitor, sin embargo, la adolescente jamás percibió aquella distancia; el miedo que circulaba por sus venas, la hacía creer que lo tenía a unos cinco centímetros.
Si cerraba sus ojos, incluso, podría escucharlo respirar con claridad.
— Es una pena, de verdad. — Riddle la forzó a mirarlo. Tenía algunas deformaciones en su rostro dejándola aún más confundida.
La fotografía que Dumbledore le había permitido conservar (en la cual se encontraba su verdadera madre y Tom) mostraban a un joven completamente diferente al que se encontraba frente a ella. ¿Qué le ocurrió? ¿Qué lo llevó a convertirse en aquel ser humano tan despreciable?
