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28 de diciembre, 1977━━━━━━━━━━━━━━━CHAPTER THIRTY THREE

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28 de diciembre, 1977
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CHAPTER THIRTY THREE











"Slowly I said, you don't need to save me but would you run away with me?"










"August, muchas gracias por el obsequio. Espero verte pronto.
S. N."

La adolescente termino de leer la pequeña carta que el capitán de Quiddtich le había enviado, y sin poder evitarlo, una pequeña sonrisa broto de sus labios. Sin dudas, iba a extrañ.ar a Stefano más de lo que hubiera imaginado.
Cuando la lechuza de Sirius tomó la carta entre sus garras, la jovencita de Slytherin emprendió su viaje escalones abajo hacia la sala de la mansión, donde sabía de antemano, se localizaba Remus.

El resto de sus amigos habían salido con los padres de Potter a buscar leña para la chimenea, dejando a los dos adolescentes-completamente-solos en ese enorme hogar. August estaba durmiendo para cuando decidieron irse, y Remus simplemente prefería estar delante del fuego, y no cortando madera con un hacha (mucho menos cerca de Sirius).

— ¿Qué haces? —August se apoyó en el respaldo del sofá, mirando por encima de su cabeza.

— Jugando Quidditch—respondió, sin despegar sus ojos del libro.

— Casi me matas de la risa. — Viró los ojos, sentándose a su lado de un salto. — Estoy aburrida, hablemos.

Lupin suspiro, y cerro el libro. — ¿De qué quieres hablar? —Volteo a verla con ojos enternecidos, provocándole un revoltijo en el estómago a August.

— ¿Has hablado con Peter? —curioseó con falsa inocencia.

Remus negó de inmediato. — No ha respondido mis cartas. — Encogió sus hombros. — La familia de Peter se toma muy en serio estas festividades, quizás no tuvo tiempo.

— Si... puede ser—murmuró, jugueteando con sus dedos.

El licántropo la observó con el ceño tenso. La conocía demasiado bien cómo para no notar sus verdaderas intenciones. — ¿Qué estás escondiendo?

— ¿Huh?

— No juegues conmigo, Evans. — El castaño se enderezó hacía ella, mirándola fijamente. — Jamás me preguntas por Peter.

La jovencita de Slytherin respiró hondo. — No puedo dejar de pensar en lo que me dijiste, eso es todo—confesó. — Sé que te dije que no desconfiaba de Peter, pero te mentí. No confío en él..., no confío en nadie. Hay una maldita guerra, y me enoja que seas tan-- —Frunció sus labios sin atreverse a continuar con la frase.

— Dilo. — La retó. — Termina lo que ibas a decir.

— Tan ingenuo—masculló.

Remus soltó una carcajada amarga. — ¿Soy ingenuo por confiar en mi amigo? —preguntó con ironía. — Quizás debería ser más como tú, que desconfías hasta de tu propia sombra.

— Si, tal vez evitaría que mueras en manos de una rata.

Remus se mantuvo en silencio por unos segundos. — No tienes idea de lo que estás hablando—masculló poniéndose de pie. — Solo buscas excusas para no dejar a Stefano como el malo. Peter es una buena persona, y jamás haría algo así. 

— Mi padre está reclutando hombres lobos, Remus. — August imito su acción. — ¿No te parece extraño? Que Peter quiera llenarte la cabeza con ideas falsas sobre Stefano en estos momentos... hace meses la gente sabe sobre mi apellido, ¿por qué te lo diría ahora?

— Lo único que me parece extraño es que tú estés defendiendo a Nott—reveló. — No solo insultó a tu hermana diciéndole "sangre sucia" sino que, meses atrás, ni siquiera podías estar en la misma habitación que él porque lo odiabas.  

— Solo estoy tratando de protegerte—exclamó ella. — Porque te amo, ¿es tan difícil escucharme una maldita vez?

Lupin la miró con sus manos temblorosas por el enojo, pero antes de que pueda responder, la puerta principal se abrió. — ¡Miren quién llegó de sorpresa! —August volteó en dirección a la entrada, encontrándose de lleno con la presencia de Peter. — Nuestro verdadero regalo de navidad. —James exclamó con una sonrisa de oreja a oreja.

El licántropo pasó por un costado de su expareja, y abrió sus brazos. — ¡Al fin! —Pettigrew carcajeó, dejándose envolver por el más alto.

Evans se mantuvo estática esperando que Peter se acercase a ella. — Hola August—murmuró, abrazándola.

— No sé qué clase de juego estás creando, pero te advierto—susurro, sin soltarlo. — Llega a ocurrirle algo a Remus, a Lily, o alguno de mis amigos, y te mataré con mis propias manos. — Pettigrew tragó saliva, alejándose de ella con una pequeña sonrisa.

— Yo también estoy feliz de verte—respondió, acariciando su brazo.

Sirius se acercó a la adolescente de Slytherin, y sin importarle que estén todos mirando, envolvió su cintura; apegándola a él. — Le prometí a August que le enseñaría a usar el tocadiscos—habló llamándoles la atención. — Estaremos arriba, pero si necesitan que bajemos a ayudar con la comida... avísennos.

Remus los observó irse, sintiendo como una punzada se aferraba a su estómago. Lily fue la única en notarlo, por lo que, se acercó a él con una sonrisa amable. — Jamás harían algo a tus espaldas, Rem. Te lo dejaron muy en claro.

— No es eso, es solo que...—miró a Peter riendo junto con James, y todo lo que August le dijo comenzó a revolotear por su cabeza. — Peleamos antes de que ustedes lleguen, y quería hablar con ella.

— Entonces hazlo. — Señaló la escalera con sus ojos. — Aquí están todos muy distraídos.

El licántropo asintió, y sin llamar la atención, salió de la sala dirigiéndose hacia la habitación donde Sirius dormía; intentó que sus pasos no fueran tan fuertes en las escaleras, ya que, si estaban hablando sobre él, quería escucharlo todo.
Fue en el único momento de su vida que agradeció tener el oído agudizado por su enfermedad, encontrándose con la cabeza apoyada sobre la madera de la puerta.

— ¡Merlín! Lo odio. — August caminaba de un lado al otro en la habitación. — Esa cara de inocente. — Sus puños estaban blancos por la presión.

— Tenemos que hacer que se quite el abrigo. — Sirius respondió, desde su cama. — Debemos confirmar que tenga la marca. — Remus frunció el ceño ante aquello.

— Tendrías que haberle visto la cara cuando lo amenace. — August se acercó al moreno. — Llega a ponerle una mano encima a Remus y lo mato. — Black la observó en silencio, sabiendo muy bien que sería capaz de hacerlo.

— Irías a Azkaban. — Le recordó. — Por culpa de Peter.

— Haría lo que sea por Remus, incluso soportar una condena en Azkaban.

Ambas cabezas giraron en dirección a la puerta abriéndose, revelando a Remus de pie del otro lado; el licántropo caminó hacía la cama donde se ubicaba August, y antes de que la adolescente pueda formular palabra alguna, él la besó.







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te amo august

𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐎 ⸻ Remus Lupin.Where stories live. Discover now