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3 de octubre, 1993 ━━━━━━━━━━━━━━━ CHAPTER NINE
"It's hard to be anywhere these days when all I want is you You're a flashback in a film reel on the one screen in my town"
— No te odia, August. —La voz de Marlene se escuchó del otro lado, permitiéndole a la Slytherin soltar un gran bufido. La calle principal de Londres se encontraba demasiado alborotada, y era algo que le impedía escuchar con claridad lo que su amiga decía.
Ambas habían dejado sus trabajos por unos minutos para comunicarse, por lo que, Marlene no podía elevar el tono de voz, y August había llegado a una edad en la que debían repetirle las cosas varias veces ‒aunque si les preguntaban a sus amigos, siempre fue un poco sorda. ‒
— Tendrías que haber visto tu cara... se transformó—respondió, dejando todo el peso de su cuerpo recostado en la cabina. — Jamás me había mirado de esa forma, incluso sentí un poco de miedo. Era como--
— ¿Ver a James enojado? Sí, es lo único que no voy a extrañar de él.
Una risita brotó de los labios de Evans. — ¿Recuerdas cuándo nos caímos de las escobas y le dije a Lily que él me había empujado?
— Lily no le habló por varios días. —Carcajearon ambas, para luego mantener la línea telefónica en silencio. — Los extraño, muchísimo—acotó con la voz cansada. Era como si... estuviese harta de repetir siempre lo mismo.
— El escape de Sirius me está haciendo revivir aquella noche y, sinceramente, no me he estado sintiendo muy bien—respondió a media voz.
— Iré a visitarte el viernes, ¿te parece bien?
— Gracias, Marls.
— Debo irme ahora. Mi jefe está como loco, pero te veré el viernes. Te amo. —Antes de darle pie a Evans para responder, el pitido que indicaba el fin de la llamada inundó el silencio.
Sus manos empujaron la puerta de aquella cabina permitiéndole al bullicio de la calle envolverla; las personas caminaban de un lado a otro en montones sin percatarse de la presencia del otro, ocasionando ligeros choques. August no había superado mucho su disconformidad en las multitudes, por lo que, se apresuró para regresar a Hogwarts lo antes posible.
— ¡Fíjate por donde caminas! —Sus pies se detuvieron abruptamente, luego de escuchar el bocinazo a mano derecha. No se había percatado de su estado robótico hasta ese momento, en el que la vergüenza la consumió.
