Capítulo 16: Batallas fáciles

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Esta vez los esqueletos convocados por Medea no se movían y tropezaron con Haruki. El primer esqueleto blandía su espada de piedra. Incluso una anciana podía esquivar el ataque, dado que se mantuvo tranquila frente a un esqueleto con dos brasas azules en sus cuencas oculares huecas.

Haruki eludió el ataque y arrebató la espada del esqueleto. La espada de piedra con runas azules tenía una fuerte sensación. No es de extrañar que el esqueleto atacara lenta y mecánicamente como una máquina oxidada.

"¡Haa!"

Haruki agarró la espada con ambas manos y rápidamente hundió la espada a través de las costillas huecas del esqueleto. Sin embargo, la espada se detuvo un momento antes de que realmente golpeara la columna vertebral.

"Defensa física", respondió Medea en su cabeza.

Las múltiples articulaciones en la columna vertebral del esqueleto se rompieron. Sin el apoyo adecuado de una columna vertebral, se rompió en una pila de huesos. Las pequeñas llamas en los ojos del esqueleto murieron.

No tuvo tiempo de celebrar ya que dos esqueletos lo atraparon en un movimiento de pinza. Una lanza y una espada larga estaban listas para aplastarlo en una pulpa. Un rápido paso a su derecha salvó sus huesos. Cortó las piernas de un esqueleto y giró, rompiendo la espada de piedra en la cara del otro esqueleto. Los dos últimos esqueletos se acercaron a él y apuñalaron sus pulmones con cierta coordinación. Haruki paró los ataques y dio una patada baja barata para derribar a los esqueletos de sus pies.

Sus ojos amenazantes miraron hacia los esqueletos. Sus labios se rompieron en una sonrisa retorcida. Mirar hacia abajo a su enemigo lo eufórico. Una sensación extraña congestionó su pecho. Levantó la pierna y pisoteó la cabeza del esqueleto inocente. Del mismo modo, aplastó las cabezas de los otros dos esqueletos.

"Maestro ..."

El cambio radical en Haruki confundió a Medea. Ella vio un cambio similar cuando leyó la carta dejada por su madre. Este lado furioso de Haruki podría convertirse en un detrimento en la guerra. Por supuesto, ella tomó como su deber encontrar la causa de este cambio. Tal vez estaba relacionado con los fenómenos que enrojecen su piel como si el fuego lo atravesara. Por supuesto, como su sirvienta, ella no dejaría que nadie explotara a su amo.

Medea reflexionó, desconocida de los cambios que ocurrían en su corazón.

Los esqueletos se desvanecieron en cenizas; también lo hizo la espada agarrada en las manos de Haruki.

[Progreso del despertar: 0.22%]

La notificación selló las emociones burbujeantes. Haruki dejó escapar un largo suspiro.

"Fui ... por la borda".

Se emborrachó de poder. No había pasado por muchos cambios emocionales en esta vida, aparte del momento en que su madre se ahorcó. Solo su raza de dragón podría ser responsable de sus problemas de ira. Simplemente tenía esta corazonada.

"Joder".

Su raza de dragones era un arma de doble filo. Aunque los inconvenientes eran menores si mantenía la cabeza fría y se concentraba en la batalla.

"Lo siento. Perdí la calma allí".

"Está bien, Maestro. ¿Quieres luchar contra guerreros esqueleto más fuertes?"

"¿Tienes una versión más fuerte?"

"Estos fueron los más débiles. Los mejores pueden utilizar armas y técnicas como verdaderos guerreros".

"Diablos, sí. Necesito un arma... una lanza es mejor".

Invirtió cientos de horas en sojutsu, solo porque le permitió usar un simple palo como arma. Bueno, también fue el más genial.

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