𝓔𝓵 𝓹𝓾𝓮𝓻𝓽𝓸

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〘 Thomas Holland 〙

Llegué luego de casi una hora y media conduciendo al puerto en donde estaban metiendo las mercancías en el bote donde se llevarían hacia américa.

— ¡Patrón! —saludó "Hobbit", uno de los trabajadores antes de acercarse a dónde yo estaba.

— ¿Cómo van con el trabajo? —pregunté saliendo del coche y cerrando la puerta aún con los lentes de sol puestos.

—Bueno, nos falta la mitad de la mercancía pero el resto ya está en la embarcación —contestó—. Felicidades por la boda...

— ¿Y por qué no lo terminaron ayer si tenían indicaciones claras para que hoy sólo salieran a las doce en punto? —ignoré su felicitación y caminé en dirección a donde estaban los hombres entrando y saliendo de la embarcación acarreando la mercancía que consistía en dos toneladas de cocaína y cuarenta cajas con armas.

—Bu-bueno, es que...

—Una cosa les dijo Harrison que hicieran y no hicieron lo que les correspondía —volví a reclamar—, ¿Ustedes de dónde creen que se pague la multa que van a reclamar si esta mercancía no llega a la hora acordada?

—Sí, patrón. Discúlpenos —insistió Hobbit que estaba a cargo de los trabajadores.

Nuevamente me llamaron al celular. Me alejé un momento del lugar para responder la llamada, que según el identificador, se trataba de mi padre.

Respondí la llamada pero antes de poder si quiera hablar, él lo hizo.

— ¿Ya estás en el muelle, Stanley? —preguntó de inmediato.

—Sí, ya estoy aquí —comenté—, me estoy encargando de supervisar el cargamento. Casi están por terminar.

— ¿Y dónde está Hazz? —preguntó.

Justo como parte de una coincidencia, miré el coche deportivo de Harry estacionarse al otro extremo del muelle de donde se encontraba mi mercedes.

—Acaba justo de llegar.

—Pásamelo —ordenó.

A veces odiaba que papá me tratara como uno más de sus jodidos empleados. Miré a Hazz correr aprisa hasta donde estaba, aún tenía ropa deportiva, ni siquiera había tenido la delicadeza de cambiarse antes de venir.

— ¿Qué hay? —me saludó pero yo le entregué el celular entonces antes de articular sin emitir sonido "tu padrino" a lo que tomó el celular—, ¿Padrino?

De inmediato por la cara que Hazz puso, entendí que le estaba regañando, además que sus gritos se escuchaban a pesar de estar a un metro de distancia.

— ¡¿Acaso debo hacer todo yo porque tú y Stanley son unos inútiles buenos para nada?! —le gritaba mi padre—. ¡Todo lo que tenías que hacer era revisar que esa entrega se hiciera a tiempo y no, dejas todo para el último momento!

—Padrino, lo lamento mucho, es que...

— ¡Nada de pretextos, Harrison! —reclamó—, ¡Más les vale a ustedes dos que esa embarcación salga antes de las once. Ya que no llegará a la hora que debe, al menos que siga siendo temprano!

—Sí, padrino. Estamos haciendo lo posible por sacarlo cuánto antes.

— ¿"Estamos"?, ¡Acabas de llegar, inútil! —nuevamente mi padre le gritó.

Lo siguiente que le dijo fue a un tono más bajo. En lo que seguía reprendiéndolo, yo me dirigí hacia el muelle para revisar que la carga estuviera completa una vez que vi que faltaban como tres cajas de madera por meter aún.

𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora