𝓛𝓸𝓼 𝓽𝓻𝓪𝓽𝓸𝓼 𝓬𝓸𝓷 𝓛𝓾𝓴𝓪𝓼

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〘 Thomas Holland 〙

Me quedé en el pasillo de las escaleras escuchando por unos segundos la risa de la niña y la voz de _____ que sonaba eufórica por el hecho de saber que estaba con ella esa pequeña niña.

—La cena está lista, por aquí —escuché a Henrietta avisarles a ellos para que la acompañaran al comedor.

Miré un momento el lugar en donde estaba. Traté de tomar suficiente fuerza de voluntad como para bajar las escaleras. Los pasos de Henrietta en las escaleras fueron lo que me hizo voltear a verla.

— ¿No piensa bajar? —me preguntó Henrietta al estar tres peldaños abajo de donde yo estaba.

—Lo haré en un momento —comenté en lo que la miré asentir y bajar.

Di un suspiro antes de cerrar los ojos un instante. Una vez que me resigné, bajé las escaleras y fui en dirección al comedor. Ya estaban los padres de _____ sentados al igual que la niña castaña que traían con ellos y a un lado _____.

—Buenas noches —saludé.

—Tom, un gusto verte, muchacho —habló Lukas haciendo un movimiento con su cabeza muy sutil.

—Me gustaría decir lo mismo —respondí antes de sentarme al otro extremo de la mesa—, de hecho es bueno verlos por aquí, en especial a usted, Lukas.

—Sí, lo mismo creo. Es un buen momento para hablar respecto a nuestros asuntos, ¿no?

—Claro, pero esos asuntos pueden esperar para después de la cena —afirmé cuando Victoria comenzó a servir la comida.

— ¿Y tienes un cuarto de princesa? —escuché a la niña preguntarle a su tía.

—Algo así, es un cuarto enorme —contó _____ con una sonrisa—, y tengo un balcón que tiene una vista preciosa.

— ¿Y también tienes un caballo? —preguntó en esta ocasión la niña otra vez.

—No —soltó una risa su tía—, no tengo un caballo.

— ¿Y entonces? —frunció el ceño de una manera divertida esa niña—, ¿cómo te trajeron aquí si no fue en un caballo? Como a Blancanieves...

—Bueno, Clem...

—Es que los caballos no les gusta vivir en lugares sin mucho espacio —expliqué yo al verla titubear sin saber qué contestarle.

— ¿Y entonces?, ¿por qué no tienes un lugar con más espacio para tener caballos? —insistió esa niña.

—Sí, tengo un lugar con más espacio, pero no es aquí —expliqué—, es en otra casa.

— ¿Tienes otra casa?

—Sí, un par.

— ¿Y vas muy seguido?

No debí haberle contestado, ahora no pararía de preguntar.

—Clem, ¿recuerdas del regalo que te dije que te llevaría? —habló de nuevo _____.

—Ajá, ¿me lo vas a dar ahora?

—Sí, pero no es un regalo mío —entonces volteó a verme a mí—, es de parte de Tom.

𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz