Los Lebarde, una de las familias más importantes e influyentes de Europa encargadas de la mafia están en apuros económicos.
Se han visto obligados a pactar con los enemigos, la familia Holland para no caer en una crisis que acabaría con toda su fort...
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┌→❝ 𝐈 𝐨𝐰𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐧 𝐚𝐩𝐨𝐥𝐨𝐠𝐲 ❞」
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Thomas Holland
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Pasé las siguientes horas ordenando mi estudio, al terminar fui por una bolsa de hielos para ponerla en mi ojo izquierdo que era donde Harry me había golpeado, me serví un trago de vodka y fui a sentarme al sofá individual de la mini sala. Cerré los ojos por un momento repasando la pelea con mi hermano una vez más y la manera en que le había gritado a Henrietta y a mi esposa.
Me había pasado esta vez con mis gritos y reclamos. Por fin solté un suspiro de pesar observando el techo por un momento pensando exactamente en qué iba a decirles a ambas para disculparme. Luego de terminar mi trago dejé el vaso con la bolsa de hielo que ahora era pura agua en la mesita de centro y salí del estudio en dirección a mi habitación.
Iba a abrir la puerta pero estaba cerrada con seguro, no me quedó de otra que golpear la puerta pero ______ no me abrió pero por debajo de la puerta se podía ver la luz aún encendida.
— ¿No piensas abrirme la puerta? —volví a golpear con suavidad—. Sé que estás despierta. Vamos a hablar lo que sucedió, ¿de acuerdo?
Y nuevamente no hubo respuesta de parte suya.
— ¿Y planeas que duerma aquí en el pasillo? Al menos déjame sacar mi pijama.
Escuché por fin movimientos en el interior de la habitación, al fin abrió la puerta y me aventó mi pijama para volver a cerrar la puerta o esa era su intención pero logré impedirlo. Ella no forcejeó, la vi regresar a la cama y entrar a las frazadas una vez más dándome la espalda.
Me acerqué a la cama y me senté en el lugar donde yo dormía. Me mantuve en silencio un momento pero no soportaba el hecho de tener esa tensión entre nosotros dos. Suavemente me recosté detrás suyo rodeándola con mi brazo, ni siquiera me alejó pero siguió sin mencionarme una sola palabra así que tomé la iniciativa yo.
—No tuve que correrte del estudio hace rato, es sólo que estaba muy molesto por todo lo que pasó con Harry, muñeca. Ni Henrietta y mucho menos tú tuvieron la culpa. ¿Me perdonas?
—Me mandaste al diablo —reclamó—. ¿Crees que fue agradable ver cómo te golpeaba? Intenté ayudar, que te hayas expresado así de Henrietta fue lo último que pude aguantarte. No hizo nada malo.
—Lo sé, de verdad. Me siento como un completo imbécil.
—Me sorprendería tu cinismo de no ser así. —Masculló.
Esta vez bajé un poco su camiseta en la parte del hombro y deposité mis besos en esa zona varias veces.
—Harry te pegó, me hirvió la sangre cuando hizo eso. ¿Te dañó? —y negó—. ¿Estás segura?
