𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)

𝓔𝓵 𝓪𝓬𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓭𝓮 𝓜𝓪𝓻𝓮𝓮

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Thomas Holland

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El resto del día Hazza y yo estuvimos moviéndonos por toda la ciudad a causa de las diferentes negociaciones que debíamos cerrar antes de mi vuelo del jueves. Cuando nos desocupamos del último cliente ya era alrededor de las siete y cuarto de la noche. Yo conducía de regreso a casa que era en donde Hazza había dejado su coche.

—Qué putada —mascullé—. Teniendo todo el mes para resolver esta mierda, todos los clientes planean hacerlo el último maldito día que tengo disponible antes de comenzar la mudanza. Que les den por el culo. —Reclamé.

—El lado bueno es que ya hemos cerrado todos los negocios grandes hoy. Mañana podrás tener el día entero para empacar y descansar antes del jueves —mencionó mi mejor amigo en lo que encendía un cigarrillo y se dejaba caer en el respaldo del asiento—. No creo que todo haya sido tan malo. Sacamos el doble de dinero que en las primeras negociaciones. Trabajar bajo presión los hace más dóciles.

—Sí, seguro —mencioné con la mirada fija al camino—. Hay que ver el vaso medio lleno supongo. —Cuando Harry me ofreció la cajetilla saqué un cigarrillo igual y él lo encendió.

—Por cierto, ¿y cuál fue la razón para que fueras a buscar a Maree hasta su trabajo? No me dijiste nada al respecto y la facundia parecía no tener idea tampoco. ¿Fue por el tema de su entrevista?

No quería responder nada acerca de mi charla con Zendaya, sin embargo sabía que Hazza era tan insistente que no iba a dejar de molestarme hasta que no le dijera todo lo que había sucedido.

—Le di un ultimátum. —Comenté.

— ¿Otro? ¿Y ahora que le dijiste?

—Le di la opción de desaparecerse un tiempo a Noruega y entregarme al niño cuando naciera, que lo hiciera pasar por una pérdida y regresara después.

— ¿Qué? Tom, esa es por mucho una de tus peores ideas —aseguró Hazza—. ¿Y cómo ibas a justificar el tener un niño en casa si no es hijo tuyo?

—Fácilmente podríamos decir que es de Oliver y April. No habría tanto lío, esos dos aparentarían bien el hecho de ser padres. El niño no estaría metido en líos y tendría un buen estilo de vida.

—Alejado de su madre.

—La podría ver de vez en cuando. Créeme que la opción que le di es por mucho mejor que cualquier oferta que de ahora en adelante mi padre o los Lebarde le hagan.

— ¿A eso vino la madre de la facundia hoy?

—Quiere que me haga cargo del asunto cuanto antes. La entiendo, no es muy agradable que todo el mundo relacione a mi esposa con la entrevista de Maree.

— ¿Crees que acepte?

—No lo sé —mencioné—. Esperaría que usara el cerebro y se diera cuenta qué es lo que le conviene. En momentos como estos es que a las mujeres les gana el puto sentimentalismo y dejan de pensar con la cabeza fría.

Sentí la mirada de mi mejor amigo sobre mí, sabía que quería mencionar algo al respecto pero no se atrevió a hacerlo.

Llegamos luego de varios minutos a mi hogar, abrí la reja automática y metí el coche. Me estacioné y por fin bajamos juntos. En el jardín estaban April tendiendo en el jardín las sábanas recién lavadas y Oliver detrás suyo ayudándola.

—Esos dos se traen algo. —Hazza mencionó a voz baja caminando conmigo hacia el interior de casa.

— ¿Apenas lo notas? No eres muy observador que digamos —me burlé—. Creí que habías notado que salían juntos desde hace dos años.