𝓛𝓾𝓷𝓪 𝓭𝓮 𝓶𝓲𝓮𝓵

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〘 ______ Lebarde 〙

Por la mañana siguiente al abrir los ojos me encontré con que estaba a un lado de Tom sobre el sofá individual, uno de sus brazos me mantenía rodeada a él mientras mi cuerpo estaba recargado en el suyo. A pesar de ser una posición incómoda era reconfortante sentir que estaba a su lado aún sintiendo el aroma a su perfume tan cerca mío.

—Hasta que despiertas —escuché su voz en un tono muy suave, casi a murmullo.

—No es un lugar muy cómodo para dormir mucho tiempo —contesté con el mismo tono de voz.

—Ujum —lo escuché murmurar antes de rodearme por completo con su otro brazo entrelazando sus dedos de ambas manos para aprisionarme en ese abrazo.

— ¿No tienes ni un poco de hambre? —le pregunté al darme cuenta que no pensaba en soltarme.

Tampoco era como que deseara que me alejara de él. Mi cabeza se recostó sobre su pecho y cerré los ojos de nueva cuenta.

—Puedo soportar un rato sin desayunar aún —comentó—, ¿ya tienes hambre?

—Sí, ya tengo hambre, quiero unos omelettes.

—Le diré a Freya que los prepare entonces.

— ¿Y si esta vez cocinamos nosotros?—esta vez levanté mi rostro para verlo.

— ¿Nosotros? —abrió uno de sus ojos para verme entonces.

—Sí, vamos —insistí por fin liberándome de su aprisionamiento y levantándome del sofá antes de tomarlo de las manos para ayudarlo a levantarse también.

— ¿Por qué quieres cocinar cuando nos pueden preparar el desayuno, ______? —se quejó con renuencia a levantarse.

—Siempre nos preparan el desayuno en casa, ¿por qué no podemos hacerlo esta vez nosotros? Extraño cocinar, me gusta preparar mi desayuno —traté de convencerlo, nuevamente tomé sus manos para jalarlo y hacer que se levantara.

—Pero estamos de vacaciones —y esta vez él me jaló hacia su cuerpo haciéndome perder el equilibrio y terminar por caer encima suyo.

Nuevamente sentí cómo me abrazó sin la intención de soltarme. Sus brazos rodearon mi cadera apenas logró acomodarme de modo que terminara sentada sobre su regazo.

—Tom... —murmuré antes de mirarlo a la cara.

—Cinco minutos más —habló con el mismo tono girando su rostro hacia donde estaba el mío.

Por inercia cerré los ojos cuando la distancia se acortó unos centímetros. Estaba embriagada con la sensación de tensión que él me provocaba.

Habría mentido si dijera que no deseaba sentir un beso suyo como el de la noche anterior. Mis labios rebuscaron los suyos y al sentirlos tan cerca de mí, terminé esa distancia casi inexistente para besarlo.

La suavidad de sus labios me mantuvo inmersa en sus movimientos, en cómo a veces sus dientes atrapaban mi labio inferior sin lastimarme y la sensación de calor ante su tacto debajo de mi camiseta, tuve que separarme cuando sentí que la punta de su lengua comenzaba a acariciar la mía y sus manos subían poco a poco por mi espalda debajo de la camiseta.

Nos separamos, teníamos las respiraciones agitadas, nos miramos en silencio unos segundos antes que me levantara para dirigirme a la cocina. Traté de analizar lo ocurrido en la sala.

Thomas me provocaba más que sólo una sensación de cariño y me aterraba el hecho de sentir que me tenía a su merced cuando quisiera.

Intenté no pensar al respecto en eso. Preparé los instrumentos en la cocina para preparar mis omelettes y al menos intentar distraerme cocinando. Necesitaba mantenerme ocupada para no repasar una y otra vez sus labios besándome y su tacto comenzar a acariciarme.

𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora