𝓛𝓾𝓽𝓱𝓮𝓻

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〘 _____ Lebarde 〙

Estaba empacando mi ropa cuando la puerta de la habitación se abrió. Estaba esperanzada que fuera Tom el que había entrado, pero cuando volteé a ver de quien se trataba noté que era Henrietta.

—El joven Thomas me ha mandado a llamar para ayudarle con sus maletas —comentó la nana de Tom—. ¿Así que es un hecho que se va hoy?

Volví a soltar un suspiro  de pesar antes de asentir con mi cabeza y dar media vuelta para seguir doblando mi ropa.

—Supongo que debes estar contenta de saber que ya no seré una carga, ¿verdad? —sonreí entristecida pero esperando que mi comentario fuera gracioso.

—Claro que no, no me hace sentir más contenta el hecho de saber que se va —comentó en lo que se acercó hasta la cama para ayudarme—, estos días sin vosotros dos en casa fue todo un silencio, no me quiero imaginar cómo será a partir de hoy que se marche.

Todo lo que se escuchaba era la fricción de la ropa a cada doblés hecho. Yo no me atreví a mencionar alguna otra palabra al respecto.

Cuando por fin terminamos de doblar todo y meterlo en las maletas, Henrietta salió de la habitación y fue a avisar a Leandro para que me ayudara con las maletas, pero no esperé, yo solita podía encargarme de ello.

Salí de la habitación y caminé agarrando ambas maletas con las manos. No esperaba que estuvieran tan pesadas si solo había metido lo que había traído a casa.

En el pasillo encontré a Tom, iba saliendo de su oficina en dirección a nuestra habitación. Quedamos frente a frente.

— ¿No te vino a ayudar Leandro con las maletas? —me preguntó.

—Sí, pero yo sola puedo bajarlas.

— ¿Segura?

— ¿Acaso dudas?

—Un poco, dame una —y tomó una de mis maletas para ayudarme a bajarlas.

Bajamos las escaleras y salimos de la casa en donde ya estaba un coche esperándome. Thomas me ayudó a meter las cosas a la cajuela y me abrió la puerta de los asientos traseros para que entrara. No lo hice de inmediato, sólo miré el interior del coche y luego a él.

— ¿Entonces irás después? —pregunté esperanzada de escuchar una respuesta afirmativa.

Pero él no respondió mi pregunta, simplemente miró al frente, directo a la reja de la casa.

—El día está soleado —evadió por completo mi pregunta.

—Que te vaya bien en tus diligencias hoy.

Le estiré mi mano esperando que la estrechara pero no lo hizo, nuevamente miró a la salida, terminé por bajar mi mano entonces y besé una última vez su mejilla antes de entrar al auto. Thomas cerró la puerta y el chófer emprendió el viaje de regreso a mi casa mientras yo trataba de aguantar las ganas de llorar.

〘 Thomas Holland 〙

La vi partir y una vez que el coche salió de mi propiedad, todo el aire mantenido en mis pulmones salió. Maldije a voz baja antes de dirigirme al interior de casa a darme una ducha antes de juntarme en el lugar que vería a a Hazz.

𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)Where stories live. Discover now