𝓛𝓪 𝓶𝓪𝓷𝓼𝓲𝓸́𝓷 𝓗𝓸𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭

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〘 _____ Lebarde 〙

El camino fue silencioso. En ningún momento habló Thomas ni Oliver. Oliver estaba atento al camino y Thomas ocupado respondiendo mensajes en su celular.

Por fin luego de casi media hora más llegamos. Oliver se estacionó en la entrada de una mansión enorme, probablemente el doble de grande que la casa en la que vivíamos Thomas y yo. Él bajó y nos abrió la puerta, el primero en salir fue Thomas y después me abrió la otra puerta y me ofreció su mano para ayudarme a bajar.

Ya en la entrada divisaba a una mujer de servicio, de esas que se visten hasta con el vestido negro y delantal. Un jardinero en el costado derecho de esa casa encargándose de las flores y otro hombre que iba y venía, alto, de nariz romana, bigote, cabello ligeramente largo, delgado como palillo. Ese fue el que se acercó hasta donde estábamos.

—Jóven Thomas —por el acento al hablar de ese hombre, podía distinguir que era británico—, es un grato honor tenerlo aquí de nuevo —y volteó a verme a mí que había tomado lugar a un lado de Tom—. Y usted debe ser ______ Lebarde, bienvenida a la familia.

Por inercia sonreí y agradecí a su saludo con un ligero y apenas audible: Gracias.

— ¿Mi padre está en casa? —Tom ni siquiera lo saludó.

—Está en su oficina, jóven Thomas —comentó el hombre.

—Bien —Thomas me tomó de la muñeca entonces—, vamos.

No pude decir nada cuando él comenzó a caminar y por ende yo fui detrás suyo por el agarre que no era brusco, más bien me llevaba como madre a su hijo en el centro comercial para que no se quedara entretenido mirando la sección de juguetes.

La puerta de entrada estaba abierta así que pasamos como si nada al lugar.

Si esa mansión por fuera se miraba lujosa, por dentro era aún más estrafalaria, con pinturas en el corredor, una lámpara de tipo araña de cristal. Los pisos de mármol, columnas de estilo griego y las paredes blancas relucientes con toques dorados.

Ni siquiera pude apreciarlo bien porque Tom volvió a caminar conmigo tomada de la mano para llevarme al lobby, quedamos frente a las escaleras francesas por fin.

—Jóven Thomas —otra de las mujeres de servicio se acercó a donde nosotros—, bienvenidos.

— ¿Dónde está mi madre?

—Oh, estaba en su habitación —le contó la mujer—, no debe tardar, ¿Quiere que le avise que ha llegado?

—No, déjalo, que sea sorpresa —pidió—, ¿y los chicos?

—El jóven Sam está en el gimnasio en su horario de entrenamiento, su hermano Harry se encuentra en la universidad aún y el jóven Paddy está en su habitación descansando.

— ¿Se enfermó?

—No, tiene migraña. El doctor le recomendó descansar al menor un rato, han sido días pesados en la escuela para él. ¿Les ofrezco algo para tomar? —nos preguntó.

—Estoy bien —respondió Thomas y volteó a verme—, ¿tú quieres algo?

—Un vaso con agua estaría bien, por favor... —comenté con cierta timidez.

—En seguida se lo traigo, señorita —accedió la mujer con una sonrisa suave antes de ir por otro pasillo.

—Vamos a la sala —dijo Thomas luego de soltarme antes de dirigirse a otro de los pasillos.

𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)Where stories live. Discover now