Cita en el bar.

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Un pequeño aparato sonoro lo acompañaba en sus días de trabajo, su fiel amigo

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Un pequeño aparato sonoro lo acompañaba en sus días de trabajo, su fiel amigo. Era su regalo de cumpleaños y lo cuidaba como uno de sus más grandes tesoros. Gracias a la música que se transmitía por su estación de radio favorita, lograba despejar la mente de los conflictos del diario vivir, y de paso le ayudaba a sentir más ligeras sus extenuantes jornadas laborales, a pesar de que de cuando en cuando, aquella voz tan característica que se escabullía por el parlante le recordara la hora del día. En algún minuto por sus oídos pasó una canción, y una frase en particular llamó su atención.

"La vida elige para darle a uno, donde más le duela".

Esta historia es el reflejo de aquella frase, aunque no será la vida como tal quien se encargará de proporcionarle semejante dolor; será un ser de carne y hueso, temible y despiadado, un ser carente de sentimientos, creado por la mente retorcida de un hombre que solo buscaba con sus experimentos engendrar al ser perfecto. Y en particular, obtener el reconocimiento de sus pares, y de paso dos cosas importantes para él, poder y control.

Su felicidad al ver cumplido su sueño fue fugaz, y su único legado fue crear a ese sujeto, el cual hoy por hoy se encuentra fuera de control; y que escondido entre las sombras solo sabe causar dolor. En ocasiones no necesitas estar en un sueño profundo para caer en la peor de tus pesadillas, solo basta que tu camino se cruce con la persona equivocada para que sobre ti se desate la peor de las tempestades, convirtiendo aquella pesadilla en tu cruel realidad, cambiando tu vida de manera drástica y para siempre.

Todo fue muy rápido, como un abrir y cerrar de ojos, como si no fuese más que un tronco seco y viejo, destruido por la inclemencia del ardiente sol y la falta de humedad en sus raíces, abandonado a la mitad de la nada y con el recuerdo de haber sido un árbol fuerte, frondoso y lleno de vida. Su mente formula muchas preguntas, pero las respuestas le son esquivas. Si todo era tranquilo, su vida hasta ese fatídico día era normal, era un hombre común y corriente, una persona honesta con quienes le rodeaban, que luchaba cada día para surgir y conseguir darle lo mejor a su esposa e hijos, esa hermosa familia que con tanto esfuerzo logró formar.

Los problemas son parte de la vida y sin ellos no podemos surgir, si no somos capaces de aprender a resolverlos y dar el paso necesario para avanzar en este enigma llamado vida, no seríamos más que un armazón de carne, huesos y articulaciones, caminando sin sentido alguno. Sus problemas eran cotidianos como en el común de la gente, hasta que su existencia cambió por completo. El sufrimiento, la sangre derramada, y aquellos ojos que por desgracia tuvo la desdicha de ver; ojos que no eran más que el reflejo de la maldad pura, fueron solo el principio de un sufrimiento interminable.

El verano estaba en su máximo esplendor, y ese día en específico había sido extenuante, por lo que Arturo decidió pasar al bar para capear con una cebada el calor y la sed que el imponente sol le provocaba. Ese instante en que por su mente pasó aquella idea, fue la que sentenció su futuro. Sabía que tendría problemas con su mujer, pues a ella no le gustaba la idea de sus visitas a dicho lugar, en especial si se encontraba con William y sus amigos, pues la mayoría de las veces terminaba metiéndose en problemas a raíz de las estupideces que su hermano menor y sus amistades hacían cuando estaban pasados de copas.

UNA NUEVA IDENTIDAD. (COMPLETA)Where stories live. Discover now