Considérate afortunado.

12 3 0
                                    

DÍAS ATRÁS, DURANTE EL INCENDIO…

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

DÍAS ATRÁS, DURANTE EL INCENDIO…

Antes de perder el conocimiento, en sus momentos de divagación creyó sentir que alguien lo tomaba por las manos y lo arrastraba…

Al recobrar el sentido, de manera torpe comenzó a mirar hacia todos lados sin lograr ver nada, pues la oscuridad del lugar no le permitía ver a su alrededor, por lo que no podía hacerse una idea de donde se encontraba o las dimensiones del espacio. Segundos después logró, dentro de esa oscuridad, enfocar con la vista, percatándose de un haz de luz que débilmente asomaba bajo lo que parecía ser una puerta. Algo no andaba bien.

Pensó que lo mejor por el momento, era no gritar pidiendo ayuda, pues aún se sentía un tanto confundido y desconocía lo que podría pasar, o quien aparecería por esa puerta de hacerlo. Sería poner a su captor sobre aviso; pensó. Era obvio que él era la víctima aquí. Prestó un poco más de atención, y notó que se encontraba colgado, encadenado al muro y con grilletes en los pies, sin siquiera poder sentir que tan elevado del suelo se encontraba. Aquello era sin duda una mala señal para él.

Por un minuto creyó que había muerto y que se encontraba en el infierno. Desconocía por el momento que sus pensamientos no estaban tan alejados de la realidad. Ignorante de cuánto tiempo había transcurrido desde el incendio y cuanto llevaba colgado, dilucidaba que mucho, ya que el dolor que sentía en todo su cuerpo era insoportable. Intentó zafarse de sus ataduras pero le fue inútil, sus brazos entumecidos producto del tiempo que llevaba en esa posición, poco y nada lograban hacer para liberarlo, y con el forcejeo realizado solo conseguía causarse más dolor.

Intentaba enfocar su mirada una vez más para ver en dónde se encontraba, pero la oscuridad del lugar solo le dejaba ver aquel débil haz de luz. Volvió a forcejear sus ataduras con la esperanza de por fin liberarse, pero sus esfuerzos fueron inútiles una vez más. De pronto sintió un ruido metálico y la puerta comenzó a abrirse lentamente, solo entonces se dio cuenta de la dimensión de ésta; por lo menos cuatro metros de alto.

La luz que invadió el cuarto lo encegueció por  algunos segundos, y cuando por fin pudo ver con claridad, frente a él una extraña silueta se dejó ver, una sombra bastante extraña de unos tres metros. Pero sólo lograba distinguir sus ojos, llenos de una maldad escalofriante. El cuerpo le temblaba de tan solo mirarlos, lo que le obligó a desviar su mirada pues nunca había visto algo semejante.

En ese instante un mal presentimiento se le vino a la mente, y a su vez intentó recrear lo que había sucedido, tal vez con la vaga ilusión de adivinar cómo había llegado ahí. Aquella silueta comenzó a moverse a paso lento, hasta que se posó frente a él, mirándolo fijamente, sintiendo ante aquella enigmática presencia más miedo aún. Su envergadura física, sencillamente era algo fuera de lo normal, y aunque lo tenía en frente, solo podía distinguir esos malditos ojos, como si la luz evitase tocarlo para dejarlo al descubierto.

De pronto la silueta hizo un movimiento con su cabeza, bajó la mirada y le habló.

—La vida da muchas vueltas… Arturo. —Esbozó con voz fría y ronca aquella extraña silueta.

UNA NUEVA IDENTIDAD. (COMPLETA)Where stories live. Discover now