Pleito en el bar.

7 3 0
                                    

No sabía si responder aquel comentario con seriedad, o con una de sus típicas bromas, por lo que se mantuvo silente por largos segundos antes de salir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No sabía si responder aquel comentario con seriedad, o con una de sus típicas bromas, por lo que se mantuvo silente por largos segundos antes de salir. Eso hasta que abrió la boca para responder de la forma en que mejor sabía hacerlo.

—¡Se la pago con Redcompra si quiere!

—¡Ándate luego weón de amarillo, deja de perder el tiempo!

—¡Ya empezó con las faltas de respeto, viejo de mierda nomás!

—Sigue con tus estupideces, tengo fuerza de sobra para patearte el culo.

—¡Oh, viejo de mierda sin respeto, qué feas palabras!

John Michael buscó la lista de repuestos y el dinero, revisó la camioneta y partió rumbo al lugar de costumbre en busca de dichas refacciones, no sin antes acercarse al anciano y darle un beso en la frente, dejándolo sorprendido con su gesto para nada habitual. Aunque le daba muchos dolores de cabeza, el anciano realmente le tenía un cariño enorme, incluso disfrutaba el discutir con él, aunque de cuando en cuando, no comprendía el lenguaje y las bromas que éste le hacía.

Durante su recorrido, John Michael se preguntaba qué estaría haciendo en ese momento si estuviera en su pueblo, y poco a poco la melancolía y la tristeza se apoderaba de él. Sin embargo, sus pensamientos contrastaban con la realidad que vivía, pues pensaba que si no hubiese pasado lo que pasó, no tendría en su vida a la gente que había conocido desde que comenzó todo, especialmente a aquel anciano que tanto quería.

—Extraño a mi gente, —pensaba en voz alta mientras se encontraba detenido en un semáforo, observando cruzar a la gente— me da pena no estar con ustedes, ojalá que estén bien. Gertrudis, espero que en este tiempo no te haya sido difícil sacar adelante a nuestros hijos… deben estar grandes… aunque pensándolo bien, no ha pasado tanto tiempo en realidad, soy yo quien lo siente como una eternidad… y tu como siempre debes estar preciosa… ¿te habrás vuelto a enamorar? Espero que no… ¿y qué será de mi hermano? De él nunca más supe después de ese matrimonio fallido… mmm… no, creo que la última vez que lo vi fue cuando escapé en el autobús escolar… la memoria ya me falla… creo que después de todo, una cervecita no me vendría mal. (Total, el tata no tiene por qué enterarse, si no me delatas)

Al llegar al lugar donde estacionaba de costumbre, y antes de dirigirse a comprar los repuestos en cuestión, buscó dicho bar para beber un trago, el mismo que un día visitó en compañía de Moisés y Camilo y al cual no había vuelto. Pero su real motivación no era precisamente el beber una cerveza, quería saber por qué todos callaron el hecho de que estaba bebiendo con ellos, llevaba días rondando en su mente

Por extraña razón, al día siguiente de aquel altercado que terminó con él en la cárcel, aquel bar no solo cambió de nombre, sino también de dueño, y aquello llamó su atención al encontrarse a las afueras del local. El personal era completamente nuevo y solo el empleado más antiguo había quedado. Antes de ingresar al bar notó la presencia de un vehículo todo terreno muy cerca del lugar, más no le prestó la atención que el momento ameritaba, dándole un vistazo a la rápida.

UNA NUEVA IDENTIDAD. (COMPLETA)Where stories live. Discover now