Prueba de confianza.

8 3 0
                                    

Como seguía ignorándolo, éste no tuvo más alternativa que pararse delante de él, así era inevitable que llamara su atención, aunque se podía arriesgar a que el anciano lo tomara a mal y terminase por enfurecerse más con él

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Como seguía ignorándolo, éste no tuvo más alternativa que pararse delante de él, así era inevitable que llamara su atención, aunque se podía arriesgar a que el anciano lo tomara a mal y terminase por enfurecerse más con él. Para su sorpresa, éste le respondía con total serenidad.

—Mira muchacho, esto no es solo revisar autos, hay mucho más trabajo, y si me demuestras que eres bueno, con el tiempo aprenderás todo eso y más, y quién sabe, tal vez algún día tengas tu propio taller. Puedes buscar allá adentro, herramientas hay de sobra, y si te llega a faltar algo me lo dices. En los estantes también están los repuestos necesarios para el trabajo.

—¿Y si me falta algo qué hago? —Preguntaba éste, encogiéndose de hombros.

—Me lo dices, te daré el dinero necesario y las indicaciones de dónde ir a comprar.

—¡Y voy a tener que ir caminando! —Alegaba de inmediato, sin antes esperar respuesta alguna por parte del anciano, quien lo miraba con extrañeza.

—¡Claro que no idiota! —Exclamaba el anciano ante el alegato de éste, molesto por la falta de paciencia que evidenciaba— tengo un vehículo.

—Oiga tatita, ¿en esa caja tiene tornillos?

—Sí ¿por qué?

—Para que se ponga unos cuantos en la cabeza —Invocaba con cierta seriedad— Si nos venimos recién conociendo, ¿Cómo me va a pasar dinero y un auto de buenas a primeras, y si no vuelvo? Me voy con los bolsillos llenos y un auto de gratis.

—Y sería lo último que ganarías en esta ciudad, —aseguraba el anciano, mirándolo fijamente, pues en el fondo entendía y validaba aquel acertado argumento— tendrías que irte a otro lado, no porque me veas viejo es que sea un don nadie, llevo una vida en esta ciudad y la gente no tardaría en saber de tu delito.

Las palabras del anciano, en cierto modo le hacían sentido, pero por el contrario, creía que no hacía más que tomarle el pelo y alardear de un poder que de seguro no tenía. Si estaba en completa soledad en aquel lugar, podía ser que eso le causara el hablar incoherencias. Por lo mismo, lo mejor era ir paso a paso con el anciano, en parte para saber si sus palabras eran veraces, y porque le convenía ganar la confianza de aquel hombre si quería que éste no lo terminara expulsando del lugar una vez más, pues perdería una inmejorable fuente de trabajo y compañía.

—¿Una prueba de confianza acaso, o es un chiste?

—Si te sirve verlo así. 

—¡Me gusta su voto de confianza, —respondía con satisfacción ante la respuesta, pues comprendía que aquel hombre no le estaría dando ni dinero ni mucho menos un vehículo, le estaría dando confianza, algo muy esquivo en la mayoría de la gente, y en especial, por las extrañas vestimentas que se veía obligado a portar— ya, déjese de buscarme conversación entonces, mire que tengo mucho trabajo!

UNA NUEVA IDENTIDAD. (COMPLETA)Where stories live. Discover now