Retomando el juego.

7 3 0
                                    

Ya que la mirada sobre Roberto no fue suficiente para que éste la interpretara como lo que en verdad era, Sandro optó por preguntarle directamente, dándole no solo al aludido, sino al resto de quienes se encontraban en el lugar, un sermón y lecció...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Ya que la mirada sobre Roberto no fue suficiente para que éste la interpretara como lo que en verdad era, Sandro optó por preguntarle directamente, dándole no solo al aludido, sino al resto de quienes se encontraban en el lugar, un sermón y lección muy claros.

—¿Acaso eres estúpido? Las órdenes de nuestro jefe son claras y absolutas, solo vigilancia, cada movimiento, cada lugar que visita, cada persona con la que habla, nuestro jefe quiere saberlo todo. ¡Todos, recuerden esto, este juego es de nuestro jefe, cierta cantidad de sujetos son intocables para nosotros, los podemos hacer sufrir hasta el límite, ahogarlos con lo peor de lo peor, pero por ningún motivo liquidarlos, ese golpe de gracia es exclusivo de nuestro jefe, y el grupo que conforman ustedes, tienen la exclusiva misión de vigilar a este sujeto en particular! ¿O debo recordarles el error que Federico cometió con este sujeto? Aquello casi le costó la vida a Arturo, y hasta la fecha Federico está pagando su error. ¿Quieren seguir sus pasos?

—No señor, para nada. —Murmuraba Roberto, bajando la mirada y entendiendo lo estúpido que fue al decir aquello.

—Federico es uno de los hombres de Elite, —continuaba diciendo Sandro— y mientras nuestro jefe considere lo contrario, hasta hoy nadie sabe nada de él, nadie se atreve tan siquiera a preguntar el castigo del cual es objeto… solo un imbécil tuvo la genial idea de preguntar, y a la persona menos indicada.

—¿Y qué pasó con el que preguntó señor? —Ramiro formulaba dicha pregunta, sin imaginar la respuesta que se avecinaba— Digo, si es que se puede saber.

—Yo creo que la pregunta es, ¿a quién le preguntó? —Expresaba por su parte Camilo, pues vagos conocimientos tenía respecto a dicho episodio.

—Al mismo jefe de jefes. —Aseguraba por su parte Sandro— Por desgracia me encontraba presente en aquel momento… ¿El resultado? Nuestro jefe simplemente tomó su adorada daga y lo liquidó. Aquella escena me hizo vomitar por días.

—¿Y eso fue todo, por una simple puñalada con una daga usted estuvo vomitando por días? Qué ridículo. —Expresaba por su parte Juvenal, quien era uno de los que menos tiempo llevaba formando parte de la organización. A su juicio, Sandro exageraba en su relato.

—¿Cuánto tiempo llevas en esta organización? —Sandro lo miraba de manera despectiva.

—Un año señor. —Respondía temeroso éste, esquivando su mirada.

—Eso lo explica. —Aseveraba Sandro, al tiempo que lo miraba de pies a cabeza, preparándose para darle un breve discurso sobre los hechos ocurridos aquel día— Solo quienes cumplen cinco años con nosotros tienen la dicha de ver a nuestro jefe en persona. De los que están aquí, soy el único con la antigüedad suficiente y mucho más, por ende, el único que ha visto aquella arma a la que llama daga. Para nosotros es como tener entre las manos una espada llamada Mandoble.

Una de las espadas de mayor tamaño creada por el hombre lleva por nombre Mandoble, la cual tiene un peso de 10 kilogramos y mide 2,5 metros de largo. La única diferencia que tenía en comparación con la que poseía el que apodaban simio, es que la suya pesaba poco más de 10 kilogramos. Aunque en realidad dicha espada se trataba de una Mandoble, pero hecha a su medida, dada la envergadura física del líder de la organización.

UNA NUEVA IDENTIDAD. (COMPLETA)Where stories live. Discover now