Saga "The Wings of the Scorpions"
Primera entrega.
En un pueblo olvidado del mundo, Arturo debe luchar día a día por darle lo mejor a su familia, así como también con las adicciones al alcohol por parte de su hermano menor. Sin imaginar el cambio r...
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Durante los años en que vivió en el pueblo, el hombre había cosechado mucho odio entre la mayoría de la gente, y a pesar del tiempo, aquel odio seguía presente. Con su retorno las viejas heridas no tardaron en abrirse, al punto que muchos ni siquiera le dirigieron palabra alguna, otros en cambio le hablaban solo por cortesía. Situación muy distinta a la de Rose Marie, ya que muchos la recordaban con cariño. La habían visto crecer y fueron testigos de los castigos que su padre le impartía, muchos de aquellos a vista y paciencia de la gente.
Un par de meses después, la pareja tuvo su primer quiebre. Con mentiras puedes avanzar en el mundo, pero no volver atrás, y mucho menos sostener la mentira por mucho tiempo. Y entre ellos esto se habían tornado en algo habitual. William mentía sobre su trabajo y lo que ganaba, ya que dejaba una parte de su dinero para irse de fiesta con sus amigos; y para ello inventaba trabajos en otras ciudades. Por su parte, Rose Marie se dejaba consumir por una terrible depresión, lo que la hacía estar a la defensiva en todo momento, y a tener múltiples problemas con su prometido.
Aunque no lo admitiera, la partida de su padre la tenía muy afectada. Pero la verdad es que estaba afectada por la depresión desde que su madre decidió separarse de él y dejarla bajo sus cuidados; fue un verdadero infierno. Aquello fue un punto a favor que el hombre jugó hasta el último de sus días, pues se encargó de hacer que su hija se volviera dependiente de él, por este motivo ella nunca lo abandonó. Cuando se enteró de la muerte de su madre, su dolor fue mayor y lo cargó en silencio por años. Su padre sin embargo, lo tomó con total frialdad, utilizando el dolor de su propia hija en su beneficio.
Con la partida del padre de Rose Marie, la pareja no tuvo necesidad de ocultar su noviazgo, y por petición de ella, habían decidido vivir en su casa, mientras que la pequeña casa de William se ponía en renta para tener ingresos económicos extras. Sin duda aquello fue una mala decisión, los malos recuerdos dentro de esa casa no hicieron más que acrecentar su depresión. Una noche la joven pareja terminaría por explotar, iniciando así un círculo vicioso.
—¡Ya no podemos seguir así Willy, vamos de mal en peor!
—¡Claro que estamos mal! —Gritaba enérgico él— ¡Se suponía que lo nuestro sería distinto y no lo es, ni siquiera porque murió el viejo de mierda, desde la tumba te sigue manipulando!
—¡El viejo no tiene nada que ver! —Le recriminaba ella, lanzándole la taza ecién vaciada de café, la cual se estrellaba en un muro y se rompía en pedazos— ¡No lo culpes por lo que estamos pasando, lo nuestro hace mucho que no está funcionando y lo sabes!
—¿Segura que no es por culpa de ese viejo de mierda? —Arremetía éste, arrojándose sobre ella y empujándola fuertemente, haciéndola caer al suelo— ¡Desde que se murió no hacemos otra cosa que pelear! ¡Da la impresión que extrañaras los malos tratos que el viejo tenía contigo y buscas que yo te trate así de mal!
—¡Tú también tienes la culpa, tú y tus malditas borracheras con tus amigos, mientras yo estoy aquí sola, tu andas por ahí pasándolo bien! —Gritaba desde el suelo, estallando en llanto— ¡De seguro con cuántas mujeres te has metido!
