Saga "The Wings of the Scorpions"
Primera entrega.
En un pueblo olvidado del mundo, Arturo debe luchar día a día por darle lo mejor a su familia, así como también con las adicciones al alcohol por parte de su hermano menor. Sin imaginar el cambio r...
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Fue precisamente Arturo quien le dio la noticia del retorno de Rose Marie, una tarde que por coincidencia lo encontró en el bar.
—¡Willy, Willy! ¿Supiste quién volvió al pueblo? —Apenas lo vio le lanzó la pregunta, sin siquiera saludarlo.
—Emmm me rindo, ¿Quién volvió? —Respondió William sin siquiera hacer el intento de adivinar de quien se trataba, era más interesante en el momento vaciar la botella para pedir otra, y que por cierto, a esa altura ya iba en la tercera.
—¡Pero hombre, esfuérzate un poco! —Exclamó Arturo ante la vaga respuesta de su hermano.
—¡Mejor cómprame con una cerveza hermanito, y de paso pides otra y te sientas conmigo!
—¡Déjate de pensar en el trago hombre, —reclamó ante la petición de William— hay cosas más importantes que estar bebiendo siempre! Comienza a pensar en tu futuro, la vida es corta. No te vas a dar ni cuenta cuando ya seas viejo, mirarás hacia atrás y tristemente notarás que no hiciste nada con tu vida, no dejarás huella.
—¡Si no es para mí hombre, cómo se te ocurre eso, es para el calor! ¡Y no empieces con tus sermones de hermano mayor! —Reclamó éste ante la negativa de Arturo— ¿No creo que por compartir una botella tus finanzas se vayan al carajo?
—¡Ah claro, por culpa del calor tengo que gastar yo! Ya va siendo hora de que sientes cabeza, yo no voy a pasármela toda la vida pendiente de ti. ¡Y claro que tengo que sermonearte, parece que haces méritos para que pase, da la impresión de que te gusta que te esté llamando la atención!
—¡Bueno! ¿Me vas a sermonear o me dirás quién volvió? —Dijo William para desviar el tema de conversación, el cual no era ni agradable ni favorable para él— Espero que sea importante, ya que te estas yendo por las ramas con mi cerveza.
—Pues la importancia se la darás tú, —le respondió Arturo mientras lo miraba y le hacía un movimiento con sus cejas, apoyándose en la mesa— Rose Marie.
—¡No! ¿Me estás tomando el pelo? —Pronunció William al momento que se levantaba de su silla. Su rostro alargado reflejaba el asombro por las palabras de su hermano.
—¿Tengo cara de estar haciéndolo? Y por cierto, creo que lo primero que hizo fue preguntar por ti. Ayer por la tarde cuando volvía después del trabajo, porque yo trabajo…
—¡Y ahí vamos otra vez! Yo también trabajo, no tan seguido pero lo hago. Hay que dejarle campo al resto, yo no soy tan obsesivo. —Alegaba William con ironía— ¿Te imaginas y fuese devoto al trabajo como tú, qué quedaría para el resto?
—Bueno como sea, la cosa es que me topé con su padre en la plaza. Por lo visto las intenciones son de quedarse. Está bien decrépito el hombre te diré, al parecer las cosas donde estaban comenzaron a ponerse mal, por lo que decidió volver acá. De no ser que la intención del hombre sea venir a pasar sus últimos días.
